[EDITORIAL] Permanente percepción de inseguridad 

Foto: referencia.

Indiscutiblemente una de las causas del incremento de la delincuencia en Barranquilla puede atribuírsele al descontrolado crecimiento de la natalidad –hasta 10 en muchos hogares– lo que acrecienta las dificultades económicas de muchas familias que se radican en los barrios marginales; es allí donde la falta de oportunidades tiende a transformarlos en violentos, un fenómeno que se presenta en la actualidad y tal vez se observará por mucho tiempo con los mismos signos de pesadilla social, tal como lo ha podido comprobar LA LIBERTAD en sendos recorridos por varios sectores de estratos 1, 2 y 3,  y que ojalá nuestras autoridades se detengan a analizar este fenómeno que se ha entronizado igualmente en otras  ciudades  populosas de nuestro país.

Si bien la percepción de inseguridad en algunos barrios ha mejorado, muchos de ellos surgidos de manera informal y con necesidades, grupos familiares se vuelven amos y señores de negocios ilícitos –como el expendio de drogas alucinógenas– y acaban extendiendo sus tentáculos al hurto, el fleteo y a la extorsión.

De ninguna manera queremos estigmatizar a una comunidad en particular, pero sí alertar a las autoridades a fin de que impidan que muchos barrios de Barranquilla se conviertan en zonas prohibidas para los ciudadanos de bien.

LA LIBERTAD conoció que muchos habitantes de algunos barrios de Barranquilla generalmente guardan silencio por temor, aunque conocen perfectamente sobre la existencia de bandas dedicadas al atraco en muchos sectores de nuestra capital, cuyos integrantes en forma permanente cometen sus fechorías, algunos son capturados pero al cabo de unas horas nuevamente están en las calles.

La lógica de los componentes de estas agrupaciones al margen de la ley es una triste realidad en nuestras zonas deprimidas; las oportunidades que les brinda el hecho de estar al servicio del dinero fácil han ocasionado que buen número de jóvenes estén perdiendo la vida.

Lo cierto es que las alarmantes cifras de violencia que de unos meses para acá se presentan en la ciudad, más que causar sorpresas a las autoridades y a la ciudadanía en general, lo que han hecho es confirmar algo que todos los barranquilleros sabíamos desde mucho tiempo atrás.

Como se sabe, existen zonas en las que reconocidas organizaciones criminales tienen su centro de operaciones; los lamentables insucesos que han ocurrido en Barranquilla y su área metropolitana en los últimos días, en los que pierden la vida muchas personas a manos de delincuentes, confirman que el atraco callejero sigue siendo uno de los aspectos causantes de gran preocupación para los ciudadanos.

Este es el delito que más impacta en la ciudadanía, presa fácil de organizaciones delictivas que se han especializado en el hurto de celulares, carros, motos, bicicletas, bolsos, relojes, etc. y últimamente la extorsión a los comerciantes en todo el perímetro urbano de Barranquilla, lo cual contribuye a la percepción de inseguridad.

La concurrencia de muchos factores a los cuales nos hemos referido en este mismo espacio editorial le aporta a nuestra ciudad altas tasas de delitos, que lógicamente generan un ambiente de inseguridad y de inquietante incertidumbre.

Por estos frecuentes casos, de los cuales damos permanente información en nuestra Crónica Judicial, es menester que las autoridades competentes se enteren de esta verdad, hay zonas en Barranquilla en las que reconocidas organizaciones criminales tienen su centro de operaciones y utilizan a los jóvenes para su accionar delictivo.