La seguridad de los conductores de buses afiliados a la empresa Lolaya está en riesgo, lo que ha llevado a varios de ellos a no salir a trabajar este miércoles.
La decisión de suspender sus labores surge tras recibir un panfleto con amenazas la semana pasada, generando gran preocupación entre los empleados y los usuarios del servicio.
El panfleto, que contenía amenazas explícitas, ha intensificado el temor entre los conductores y ha llevado a muchos a abstenerse de operar los vehículos por miedo a posibles represalias o ataques. Esta situación ha resultado en la suspensión temporal del servicio, afectando a los ciudadanos que dependen de este transporte para sus desplazamientos diarios.
Según la Policía, están llevando a cabo patrullajes adicionales y medidas de protección para los conductores, así como una investigación para identificar a los responsables de las amenazas.
La empresa Lolaya ha venido expresando su preocupación por la seguridad de sus empleados y ha hecho un llamado a las autoridades para que intensifiquen las investigaciones y se tomen medidas preventivas para evitar futuros incidentes.
La compañía ha solicitado comprensión a sus usuarios mientras se resuelve la situación y se restablece el servicio.