El arribo del príncipe Harry y Meghan Markle a Colombia el 15 de agosto, en el marco de una invitación realizada por la vicepresidenta Francia Márquez, ha desencadenado un debate nacional.
Los duques de Sussex participaron en una serie de eventos orientados a la justicia social, la cultura afrocolombiana y la protección infantil, con paradas en ciudades como Bogotá, Cartagena y Cali.
No obstante, el costo de su estadía, que se estima en unos 8.000 millones de pesos, ha generado fuertes críticas sobre el uso de recursos públicos.
Costo de la visita en el centro del debate
Durante su visita, la pareja real contó con un esquema de seguridad amplio y otras provisiones especiales, lo que ha sido cuestionado por diversos sectores del país.
A pesar de que el enfoque de la visita estaba centrado en resaltar la importancia cultural y social de los temas abordados, muchos colombianos ven como exagerado el gasto en un país que enfrenta serios desafíos en cuanto a pobreza, desigualdad y otras necesidades urgentes.
Uno de los puntos más discutidos ha sido la contradicción percibida en las declaraciones de la vicepresidenta Francia Márquez, quien manifestó su admiración por Meghan Markle, destacando que su historia “ha sido compartida con el mundo”.
Sin embargo, esta postura ha sido criticada por quienes consideran que no refleja adecuadamente los principios de equidad y justicia social que Márquez ha promovido durante su carrera política.
La visita, que inicialmente pretendía proyectar una imagen favorable de Colombia en el escenario internacional, ha resaltado las tensiones internas del país respecto a la presencia de figuras de la realeza y el manejo de los fondos públicos.
Con el debate encendido, surgen preguntas en torno a la pertinencia del gasto para una visita de este tipo en medio de una crisis social y económica.
La pregunta central que muchos colombianos se hacen es: ¿están los altos costos de esta visita justificados en un país con tantas prioridades urgentes?