El presidente venezolano critica los actos de violencia durante las manifestaciones y pide a la Iglesia cristiana y católica fortalecer los valores nacionales.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha solicitado a la Iglesia cristiana que intensifique sus esfuerzos en la educación de la juventud para contrarrestar lo que él denomina la “tentación del diablo”. En un reciente encuentro con pastores evangélicos, Maduro vinculó las protestas contra los resultados oficiales de las elecciones presidenciales con actos de violencia, en los que jóvenes habrían participado tras recibir “dinero, con drogas”.
El mandatario afirmó que las protestas, que incluyeron la quema de edificios, hospitales y escuelas, no deben ser vistas como manifestaciones legítimas. “Ahí vimos esos hechos de violencia, gente muy joven que cayó en la tentación del diablo y recibió su dinero, con drogas, y salieron a quemar hospitales, escuelas (…) entonces dicen en el mundo que eso fue protesta”, comentó Maduro. Según él, estos actos deberían ser calificados como “terrorismo” en lugar de manifestaciones pacíficas.
Maduro hizo un llamado a las iglesias cristianas y católicas para que fortalezcan los procesos educativos entre niños y adolescentes. “Por eso es tan importante que las iglesias cristianas sigan fortaleciendo los procesos educativos entre niños y niñas (…) que no se dejen apabullar por las redes sociales, que demos una batalla como país donde la Iglesia cristiana, y también mis hermanos católicos, hagan un esfuerzo por los valores nacionales”, dijo el presidente.
Además, exhortó a buscar a los jóvenes para orientarlos “para el bien, para la educación, para la cultura, para la vida, para el compartir, para la familia”. Maduro subrayó que, a pesar de los actos de violencia, en 48 horas se logró “restablecer la paz” en el país.
El discurso del presidente refleja su preocupación por la influencia de las redes sociales y la necesidad de fortalecer la educación y los valores en la juventud venezolana para prevenir futuros episodios de violencia y descontento.