El gobierno busca soluciones para el retorno de la comunidad a sus territorios
Recientemente, cinco menores de la comunidad embera, que se encuentran asentados en el Parque Nacional de Bogotá, fueron sometidos al castigo del cepo, un método tradicional de disciplina que los líderes indígenas defienden como una práctica ancestral. Este dispositivo de madera atrapó a los niños durante varias horas.
Miguel Ángel Sintua, un líder de la comunidad embera, explicó que el castigo fue aplicado debido a que los menores mostraron comportamiento desobediente y maltrataron a sus padres.
Sintua argumentó que, ante la falta de recursos y garantías en el Parque Nacional, la comunidad recurre a sus propias normas para mantener el orden.
El Gobierno Distrital de Bogotá ha expresado su rechazo a esta práctica, argumentando que el Parque Nacional no está bajo jurisdicción indígena, y por tanto, las normas locales deberían prevalecer.
Isabel Mercado, consejera para la Paz de Bogotá, destacó que el parque no cumple con los requisitos para ser considerado un territorio indígena, como los elementos personales, institucionales y subjetivos necesarios para tal jurisdicción.
A pesar de las denuncias realizadas por el Distrito en tres ocasiones, que buscan prohibir el uso del cepo, las autoridades han anunciado que se solicitará una medida cautelar adicional.
Mientras tanto, se están llevando a cabo negociaciones para facilitar el retorno de la comunidad embera a sus territorios tradicionales, con la expectativa de que este proceso se complete entre el 28 y el 30 de agosto.