TEMA EDUCATIVO: IMPORTANCIA DE LOS PROCESOS CURRICULARES

POR: OLGA ROSA MERCADO CHAMORRO

El análisis que presenta el docente Reynaldo Mora Mora sobre el currículo y su función en el sistema educativo colombiano en su habitual columna semanal, “Tribuna Pedagógica” que se pública en el Diario La Libertad, es de una relevancia innegable y da pie a un debate necesario en el contexto educativo actual. Su enfoque, al describir el currículo como el «corazón del sistema educativo», destaca no sólo la centralidad de este elemento en la estructura pedagógica, sino también la necesidad ineludible de que los contenidos impartidos sean pertinentes, contextualizados y profundamente enraizados en la realidad social y cultural de los estudiantes. Esta perspectiva es crucial para la formación de ciudadanos que no solo posean conocimientos técnicos, sino que estén preparados para enfrentar de manera crítica y reflexiva los complejos desafíos de la sociedad contemporánea.

El autor realiza una crítica bien fundamentada a la excesiva estandarización y homogeneización que caracterizan las políticas educativas actuales. Estas políticas, en su afán de uniformizar y medir el rendimiento educativo a través de pruebas estandarizadas, suelen desatender las particularidades de los contextos locales y las necesidades específicas de los individuos. Al señalar estos aspectos, Mora Mora pone en evidencia las limitaciones de un enfoque que prioriza la cuantificación del conocimiento por encima de la formación integral del individuo. Su propuesta de un currículo que promueva una educación integral, adaptada al contexto social y cultural, es, sin duda, una poderosa invitación a reconsiderar las prioridades en la educación y a reflexionar sobre qué tipo de conocimientos y habilidades son realmente valiosos en la formación de un ciudadano en pleno siglo XXI.

En este sentido, el autor sugiere que el currículo debe ser un espacio de diálogo y reflexión que permita a los estudiantes conectar sus aprendizajes con su entorno, fomentando así un sentido de pertenencia y compromiso social. Esta conexión se traduce en una educación que no solo se limite a la transmisión de conocimientos, sino que también impulse el desarrollo de competencias críticas, creativas y colaborativas. Además, enfatiza la importancia de incluir voces de diversidad en la construcción.

La metáfora que utiliza al describir el currículo como un «poderoso Prometeo» que trae la luz del conocimiento a las problemáticas sociales es de gran relevancia. Esta imagen no sólo muestra cómo el currículo puede iluminar y transformar la realidad social, sino que también resalta su papel crucial como herramienta de cambio y progreso. Desde esta perspectiva, la educación va más allá de simplemente transmitir conocimientos técnicos; se convierte en un proceso dinámico y creativo que fomenta una reflexión crítica sobre la realidad. Así, contribuye a la construcción de una sociedad más justa, equitativa y consciente de sus desafíos.

Además, enfatiza que la formación educativa debe trascender los resultados cuantificables de las pruebas estandarizadas. Este enfoque prioriza un aprendizaje significativo y contextualizado en lugar de la memorización mecánica. Se busca una educación que atienda las necesidades emocionales, cognitivas y sociales de los estudiantes. En este sentido, defiende una escuela que no solo prepare para la vida, sino que también funcione como un espacio de desarrollo humano integral. En este entorno, se promueve el pensamiento crítico, la creatividad y el compromiso con la transformación del entorno. La educación, desde esta visión, debe inspirar a los estudiantes a reflexionar sobre su rol en el mundo y actuar de manera consciente y responsable en su sociedad.

La propuesta de Mora Mora ofrece una perspectiva esperanzadora y necesaria para la educación en Colombia. Su defensa de un currículo vivo, contextualizado y orientado hacia la justicia social no solo reafirma la capacidad transformadora de la educación, sino que también establece un camino claro para construir un sistema educativo que realmente responda a las necesidades de todos los colombianos. Este enfoque debería ser considerado y promovido como una opción viable y deseable para lograr un sistema educativo que no solo imparta conocimientos, sino que también prepare a los individuos para ser agentes activos de cambio en una sociedad que cada vez exige más. Este texto hace parte del ejercicio de leer y escribir en materia del campo del currículo, a fin de que los futuros educadores han uso muy humano de esta potente herramienta. Como tal se llevan a cabo estos talleres en el Programa de Licenciatura en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad del Atlántico (II-2024).