[Video columna] La batalla por Barranquilla

Video columna: Gustavo Álvarez Gardeazábal.

La ciudad de Barranquilla se encuentra en medio de una disputa territorial entre grupos criminales que buscan consolidar su poder en la región. Este conflicto, que algunos comparan con las guerras de «traquetos» de hace 25 años, ha generado una alerta entre las autoridades y la población. Tal como lo advirtió el general Ramírez en recientes declaraciones, “el grupo que la policía sigue llamando Clan del Golfo y que sus integrantes insisten en denominarse Ejército Gaitanista de Colombia, parece haber iniciado la batalla por la plaza de Barranquilla”. La situación es un reflejo del avance de las bandas armadas en campos y ciudades bajo la administración del gobierno Petro, cuyas políticas de control han permitido que estas estructuras sigan expandiendo su influencia en varias zonas urbanas.

La guerra entre bandas criminales

En Barranquilla, el conflicto no es solo entre el Clan del Golfo, conocido en su interior como Ejército Gaitanista de Colombia, sino que también participan otros actores como Los Costeños, Los Pepes y Los Rastrojos Costeños. Estos grupos se disputan no solo el control territorial, sino los negocios ilícitos que permiten su subsistencia y poder. “La batalla por Barranquilla es una pelea entre los gaitanistas y las otras bandas armadas que habían sentado sus reales en la capital del Atlántico”, se señala en un análisis reciente. Al mando del Clan del Golfo, que previamente fue dirigido por alias Otoniel y ahora por alias Chiquito Malo, se encuentra un grupo con experiencia en batallas por el dominio del narcotráfico y otras actividades ilegales. Por otro lado, se destacan Los Costeños, quienes llevan varios años operando en la ciudad, y nuevos actores como Los Pepes, recién fundados, y los Rastrojos Costeños, que son sobrevivientes de antiguos conflictos.

Además, una banda conocida como los Papal López ha mostrado su intención de unirse a la disputa, según informes de las autoridades. “Los Papal López que dice que la tienen gruesa para iniciar la batalla”, es una declaración que resume la violencia que se avecina en las calles de Barranquilla.

Advertencias de los pasacalles

El pasado fin de semana, aparecieron pasacalles en diversos puntos de la ciudad con mensajes que no solo advierten a la población, sino también al gobierno nacional y a los estudiosos del conflicto interno del país. “Para iniciar la batalla este fin de semana aparecieron pasacalles grandes con una leyenda que hace presagiar hasta a los bobos de las universidades bogotanas que estudian la guerra que vivimos que el ejército gaitanista es una suma de traquetos exguerrilleros y exparacos con los defectos de otras épocas”, se lee en uno de los informes. Este anuncio fue atribuido al Frente Carlos Daniel Fulay Vargas, que forma parte del Bloque Manuel Arístides Mesa Paz, lo que evidencia la estructura organizada y la ideología camuflada detrás de las acciones de estas bandas.

Este tipo de demostraciones públicas, como los pasacalles, han sido históricamente utilizados por grupos armados ilegales en Colombia para enviar mensajes intimidatorios y marcar su presencia en determinadas zonas. Sin embargo, a pesar de utilizar retóricas de antiguos grupos guerrilleros, estos actores no están motivados por ideologías políticas. Como señala la crónica, estos “traquetos camuflándose de guerrilleros” están motivados por los intereses del negocio, como el narcotráfico, extorsión y otras actividades criminales que les permiten obtener ingresos y mantener su estructura operativa.

La respuesta del gobierno

En medio de este tenso panorama, el gobierno nacional, encabezado por el presidente Gustavo Petro, se ha visto involucrado en diálogos con varios de estos actores armados en el marco de su política de “paz total”. Sin embargo, las críticas sobre la efectividad de estas conversaciones han crecido, especialmente en ciudades como Barranquilla, donde la violencia y la presencia de estos grupos sigue en aumento. “Es con ellos con quienes se va a topar Barranquilla por estos días y también con quienes disque el gobierno nacional conversa buscando la paz total”, se menciona en los análisis locales.

La preocupación por el futuro de Barranquilla y otras ciudades que enfrentan situaciones similares ha crecido, y muchos se preguntan si las políticas del gobierno actual serán suficientes para detener esta nueva ola de violencia que parece revivir antiguos conflictos.