Por: Orlando Andrade Gallardo –
La semana anterior el gobernador y el secretario de Infraestructura se reunieron con la ministra de Transporte para terminar de diseñar y conseguir los recursos financieros para las obras que el gobierno departamental pretende realizar. La reunión fue de promesas que pueden alcanzarse siempre que exista voluntad política entre las partes, de lo contrario es letra muerta; el doctor Verano y su secretario fueron receptivos y solicitaron que los impuestos por valorización correspondiente a las vías de Cuarta Generación, los reciba el departamento, para invertirlos en obras. Petición justa y acertada. El mejor binomio para avanzar en el desarrollo regional es el apoyo mutuo entre la Gobernación y el Gobierno central, pero debe existir transparencia en las inversiones de los dineros públicos que se destinen a obras, especialmente las vías secundarias y terciarias. Recordemos que el gobernador elaboró su plan de desarrollo con la colaboración de la comunidad y esperamos que cumpla; el doctor Verano es un funcionario experimentado en la función pública, por tercera ocasión ocupa el cargo y seguramente se ceñirá a las recomendaciones recibidas de los participantes. El mandatario conoce las necesidades de la población y seguramente priorizará las obras de infraestructura de las vías terciarias para que los campesinos puedan sacar sus productos al mercado consumidor y ofrecerlos a precios justos, obteniendo mejores ingresos para disminuir la pobreza y marginalidad.
En Colombia los proyectos de infraestructura vial no han dejado de ser un problema, por la cantidad de dinero que hay en juego y los enormes intereses políticos y económicos que mueve el sector, que todos pretenden enriquecerse con facilidad. Al problema agregamos los costosos peajes que se encuentran regados en las carreteras, la mayoría a cortas distancias, que no se justifican. Para competir es necesario invertir, especialmente en infraestructura, ignorar esta premisa es continuar en el hoyo, el atraso y pagar todo lo que se mueve por las carreteras el doble y el triple de su valor real, afirman los expertos.
Colombia durante la primera década del presente siglo se fue en blanco, no construyó un solo kilómetro, en el 2009 ocupó los últimos lugares entre 180 países y el 15 entre los 19 de la región, y para romper el síndrome de la distancia como una maldición, se requiere invertir un promedio del 3% del PIB anualmente, durante 10 años continuos. El otro problema es que al anunciar el gobierno la construcción de vías, inmediatamente salen los constructores fantasmas y consorcios multinacionales mostrándose los duros y con gran experiencia, pero en corrupción que saquean los dineros del Estado en compañía de empresas nacionales y funcionarios públicos como la brasilera Odebrecht, donde desaparecieron en las vías 4G, cientos de miles de millones de pesos y aun no se recuperan. ¿Será que las asociaciones público privada terminan en corrupción? La experiencia muestra que sí. La opinión ciudadana se pregunta, cómo suceden tantos saqueos en un país donde existen leyes para todo. En la administración Santos se dispuso en los contratos 4G, acabar con algunos preceptos de la dinámica, licitación, pleito, contrato, adjudicación, otrosí, renegociación, que beneficiaban a las firmas que participaron en el proyecto, en detrimento del Estado, pero no fue suficiente; hecha la ley, hecha la trampa, los colombianos conocemos los resultados.
En el diseño del proyecto para la construcción de más de 1000 kilómetros de vías conocida como de Cuarta Generación a cargo de Invías e ANI, recomendaron y se comprometieron priorizar la construcción de vías terciarias, especialmente las comunidades a orillas de las carreteras, como es el caso de Cuatro Bocas, Bajo Ostión, Puerto Colombia. En la zona se encuentran los corregimientos de El Morro, Juaruco y docenas de asentamientos humanos, con vocación agropecuaria. Sin embargo, el gobernador anunció que la vía se construirá desde Juan Mina, corregimiento distante de la Autopista al Mar, y tiene conectividad con Puerto Colombia por la Autopista de la Conectividad. En caso de no atender la presente solicitud no beneficia a ninguna comunidad, puesto que saldría a la carretera del Algodón a 6 kilómetros de distancia de los dos corregimientos, exactamente frente a los talleres de la macabra empresa Air-e y dejando por fuera a Ostión.
Recientemente Invías destinó 200 millones de pesos para construir 110 metros de vías por la citada carretera de Cuatro Bocas Bajo Ostión, es decir que se puso la primera mega piedra, faltan siete mil novecientos metros.