Un grupo de cerca de 100 soldados del Ejército Nacional de Colombia fue secuestrado por más de 10 horas en una zona rural de San José del Guaviare. Los uniformados, que se encontraban divididos en tres pelotones, fueron detenidos por individuos que se identificaron como miembros de las guardias campesinas mientras llevaban a cabo operaciones en la región.
Operativo militar interrumpido por secuestro
Los informes preliminares indican que los soldados se dirigían hacia las veredas de Puerto Nuevo y Puerto Cachicamo con el fin de cumplir con una cita previamente pactada con comerciantes locales. Sin embargo, su misión fue abruptamente interrumpida cuando, al llegar a la zona, fueron rodeados y retenidos por sus captores, quienes les impidieron avanzar o retirarse del lugar.
Las autoridades han señalado como principal responsable de este secuestro a Alexis Guerra, alias ‘Cantarino’, un conocido integrante de la estructura Jorge Suárez Briceño. Se presume que ‘Cantarino’ habría tendido una trampa a los soldados, convocándolos al sitio con la intención de retenerlos como parte de una estrategia premeditada.
Pese a la grave situación, se ha confirmado que los soldados mantienen en su poder tanto su armamento como sus pertenencias personales, lo cual podría ser un indicio de que la situación no ha escalado a un nivel de mayor peligro hasta el momento. Sin embargo, la incertidumbre y la tensión se han apoderado de la zona, ya que se teme que la situación pueda derivar en un enfrentamiento violento.
Ante estos hechos, se espera que las fuerzas militares desplieguen un operativo a primera hora de este sábado para mediar en la liberación de los soldados secuestrados. La noticia ha generado una profunda preocupación tanto en las autoridades como en la población local, quienes esperan que se logre una resolución pacífica y rápida, evitando así una escalada de violencia en una región ya afectada por la conflictividad.
La captura de estos soldados representa un nuevo desafío para la seguridad en la región, donde la presencia de grupos armados ilegales sigue siendo una amenaza constante. La atención ahora se centra en el desarrollo del operativo de rescate y en las gestiones que se puedan realizar para lograr la liberación de los uniformados sin que se derrame más sangre.