Por: Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
Las razones son simbólicas y hay una con suficiente peso para lanzar la temida respuesta iraní. Hoy 5 de agosto, se conmemora en Israel el día nacional de luto del pueblo judío, en memoria por la destrucción de la primera iglesia de Jerusalem. El 12 de agosto, también como fiesta nacional, conmemoran la destrucción de la segunda iglesia. Los ataque en venganza, van detrás del recrudecimiento de esos actos simbólicos. Probablemente sea de nuevo retorcer el dolor sobre viejas heridas, si es que de esa manera aviesa, quisieran el gobierno iraní transcribirla.
A raíz de toda esta confusión, que causa la confrontación entre diversos países en el oriente medio, uno saca la conclusión de que los Estados Unidos, es un país rehén de las acciones por parte del gobierno de Israel. Por un lado uno observa a Biden tratando de contener a Netanyahu, tratándolo de mentiroso y por el otro, el primer ministro israelí haciendo lo imposible por extender la guerra con tal de sembrarse en el gobierno. La escalada de este conflicto sin duda alguna tendrá lugar; lo que no sabemos es la extensión de la misma. He ahí el meollo.
Lo más incómodo para la política estadounidense, en estos tiempos llenos de incógnitas, es tener un conflicto (en este caso existen dos) y al tiempo, lidiar los mismos con unas elecciones que están encima. Enviar hacia esa zona un portaviones con su flotilla de respaldo, no es en lo absoluto prenda de garantía para evitar un ataque al estado de Israel. Estaremos pasando entonces de un estado de pruebas de esfuerzos, a un teatro donde las pruebas ya no serán necesarias. Hay que reconocer que Netanyahu se encuentra fuera de control y ningún estado en el mundo, tiene la suficiencia para detenerlo en estos momentos.
Los Estados Unidos como nación, teniendo incluso gran parte de responsabilidad en la defensa de Israel en el oriente medio, se ha quedado sin opciones y prácticamente en un callejón sin salidas. No se percibe con claridad como podrás responder los Estados Unidos, ante ataques masivos por parte de Irán con misiles hipersónicos. ¿O qué tal una combinación de ataques propios y usando al mismo tiempo sus sucursales en los estados periféricos?. Bien, esto es lo que podemos nosotros transcribir a estas horas: falta entonces que una situación de este estilo, no vaya a transfigurar en un conflicto de guerra superior que involucre ojivas nucleares.