*Este trastorno alimentario lleva a las personas a ingerir objetos no comestibles y peligrosos para la salud, como: tierra, heces, cenizas y hasta papel.
Redacción Sociales
LA LIBERTAD
De pequeños, es común ver a los niños explorar el mundo a través de sus sentidos, y uno de los que puede resultar más fascinantes es el gusto. Durante la infancia, suelen llevarse objetos a la boca, desde juguetes hasta elementos que hacen parte de su cotidianidad como lo son borradores, gomas y hasta la plastilina, lo que hace parte de su proceso natural de aprendizaje.
Este comportamiento, aunque a veces inquietante para los adultos, generalmente se considera una fase pasajera y normal del desarrollo infantil. Sin embargo, cuando esta conducta persiste más allá de la infancia, puede ser señal de un trastorno alimentario poco conocido pero significativo llamado el Síndrome de Pica, que lleva a ingerir o masticar cosas que no están consideradas como alimentos.
Es posible pensar en la pica como un trastorno de tipo compulsivo o como un mero cuadro de ansiedad. Lo cierto es que reúne algunos síntomas, pero no tiene por qué existir esa sintomatología ansiosa; una de las diferencias clave con el resto de trastornos mentales es que generalmente no implica una insatisfacción corporal.

Diversas investigaciones han revelado que las personas con pica pueden llegar a ingerir todo tipo de elementos, desde los que no resultan peligrosos como el hielo hasta los que pueden ser muy tóxicos y peligrosos al ser consumidos. Algunos son: tierra, heces, papel, cabello, telas, jabón, cenizas, botones, piedras, barro, entre otros.
Descubierto hace más de mil años por el médico árabe Avicena, está frecuentemente asociado con la deficiencia de hierro y de electrolitos como el calcio en la sangre. Por ejemplo, se ha visto que la anemia genera en ciertas personas dicha deficiencia en sus niveles de hierro, lo que a su vez las lleva a presentar “antojos” de elementos que puedan suplir este déficit.
Igualmente es posible mencionar una asociación entre dicho síndrome con algunas dietas extremas y las situaciones de desnutrición, pues ingerir estos elementos podría ayudar a las personas a sentirse satisfechos de cierta manera.
También se consideran factores de riesgo presentar un retraso madurativo, es decir, tener una discapacidad intelectual; el estrés, la ansiedad, la violencia o el acoso en la infancia, así como las bajas condiciones económicas.

Graves problemas de salud
Sin duda, el Síndrome de Pica tiene un gran potencial para desarrollar en el cuerpo humano diferentes problemas de salud, dependiendo de las sustancias o elementos ingeridos. Lo primero es una obstrucción y daño del tracto digestivo, sobre todo cuando se traga papel, pero también tierra o plásticos; a su vez es posible desarrollar parasitosis causada por microorganismos patógenos alojados en la arena o en la materia fecal.
Las intoxicaciones también son uno de los riesgos más comunes, al igual que las lesiones o heridas en la boca o los dientes al comer cosas demasiadas duras o cortantes. Hay que tener muy en cuenta que si la oclusión intestinal se detecta demasiado tarde, puede causar graves daños que deriven en la muerte.
Expertos aseveran que, a largo plazo, el consumo de ciertas sustancias generarían daños cerebrales, como sucede en el caso del plomo.
Educación y supervisión, la clave
Para prevenir el Síndrome de Pica en los niños, es esencial implementar estrategias efectivas durante la infancia. Por ello, enseñarles desde una edad temprana sobre los peligros de llevar objetos no comestibles a la boca puede ser fundamental. Sin embargo, es igualmente importante permitir que exploren su entorno de manera segura.
En ese sentido, se destaca la supervisión como un punto clave en este proceso. Los padres y cuidadores deben encontrar un equilibrio, además de proveer un ambiente seguro, libre de sustancias peligrosas, y ofrecer una nutrición adecuada; al garantizar que los niños tengan acceso a una dieta completa, se pueden prevenir deficiencias nutricionales que a menudo contribuyen al desarrollo del pica.
Generalmente, el diagnóstico del Síndrome de Pica es complicado debido a la tendencia de los pacientes a ocultar el consumo de elementos no nutritivos. A menudo, se realiza cuando ya han surgido complicaciones graves.
Para abordar eficazmente el pica, es necesario adoptar un enfoque integral, es decir, un tratamiento multidisciplinario que incluya la intervención médica, nutricional, psicológica, familiar y escolar.
La colaboración entre estos diferentes niveles de apoyo es esencial para una recuperación exitosa. Aunque el Síndrome de Pica tiene cura, este proceso podría extenderse y requerir un compromiso a largo plazo para lograr resultados óptimos.