Crisis política en Venezuela afecta gravemente el tránsito y el comercio en la región fronteriza.
La crisis política desencadenada por las controversiales elecciones presidenciales de Venezuela, que resultaron en la reelección de Nicolás Maduro para un nuevo mandato de seis años, ha tenido un impacto severo en la zona fronteriza con Colombia. Desde el pasado fin de semana, el transporte público en esta región ha experimentado una drástica paralización del 80%, afectando gravemente tanto el tránsito de personas como el comercio transfronterizo.
El transporte público ha sido uno de los sectores más golpeados por la crisis. De acuerdo con Celestino Moreno, representante del Sindicato del Transporte en Frontera, la paralización se debe a la reducción en el flujo de personas a través de los puentes y las amenazas de grupos armados en los municipios fronterizos del Estado Táchira. Moreno explicó en una entrevista radial que la incertidumbre generada por los resultados electorales ha llevado a enfrentamientos en la región, obligando a los transportistas a suspender sus operaciones. “El transporte está paralizado en más de un 80 por ciento porque las personas se han resguardado por las protestas que se están presentando, nosotros guardamos nuestras unidades para no ser víctimas de quemas de vehículos, pues nadie nos responderá por eso”, señaló Moreno.
La situación es especialmente preocupante dado que el sector de transporte de carga también ha sido gravemente afectado. Desde el viernes pasado, los vehículos de carga que se dirigían a Venezuela con mercancías se han visto obligados a detenerse debido al cierre inesperado de los puntos legales de cruce. Esto ha causado pérdidas económicas significativas, ya que los vehículos permanecen inmovilizados con sus cargas, sin poder ingresar al país vecino.
Además, el transporte público no es el único sector perjudicado. La crisis también ha impactado el dinamismo económico de la región, que había comenzado a reactivarse tras diversos inconvenientes para reabrir los pasos fronterizos. “Nosotros venimos de mal en peor, no hemos tenido el apoyo que hubiésemos querido por parte de las autoridades colombianas en el sentido de tener facilidad para prestar nuestros servicios en la frontera antes del cierre en el año 2015; tenemos muchas trabas y el transporte colombiano no tiene ninguna restricción acá”, expresó Moreno, reflejando la frustración de los transportistas.
La Gobernación de Norte de Santander ha mantenido operativo un puesto de mando unificado para monitorear la situación y garantizar la seguridad en la frontera. Este puesto de mando busca controlar los fenómenos de violencia y las actividades de grupos armados que operan en ambos lados de la frontera, contribuyendo a la inestabilidad y al impacto negativo en la economía local.
La expectativa es que, con el tiempo, el dinamismo peatonal y el transporte público comiencen a reactivarse a medida que se estabilice la situación. Sin embargo, la región continúa enfrentando incertidumbre y preocupaciones sobre posibles escaladas de violencia que podrían agravar aún más la crisis económica y social en la frontera con Venezuela.