Algunos historiadores dan como fecha los primeros días de julio. La BBC publicó un capítulo del libro del historiador John Waller, Tiempo para Bailar, Tiempo para Morir.
En la nota se sostiene que ocurrió un estado de trance colectivo.
Por José ‘Pepe’ Sánchez – PepeComenta

Se ha sugerido que todo fue causado por un hongo del centeno y del trigo, que la población consumía y que era una versión orgánica del LSD, pero esto fue descartado después.
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Aunque no era la primera vez que se presentaba, este episodio de mediados de julio de 1518 y que llegó a su clímax el 1° de agosto, es el más difundido y documentado acerca de la denominada Epidemia de Baile, que dejó alrededor de 500 muertos en Estrasburgo.
Una mañana de ese mes de julio, una dama conocida como Frau Troffea, salió como era su costumbre hacia el mercado, pero de improviso empezó a danzar de manera frenética e incontrolable, sin que nada ni nadie pudiera detenerla,
No hablaba, no sonreía, no intentaba descansar; en su cara se notaba que estaba sufriendo. Sus pies comenzaron a sangrar dentro de los zapatos y fue entonces cuando algunos vecinos la inmovilizaron y tras amarrarla, la llevaron a un santuario en busca de sanación celestial, pero al regreso, ya había alrededor de 40 nuevos danzantes en las calles.
El número de bailarines fue creciendo poco a poco y nadie sabía qué hacer. A pesar de que en 1374 se había presentado un brote de este frenético y compulsivo baile contagioso, no se tenía conocimientos de cómo enfrentar la situación. El cuerpo médico de entonces jamás se había enfrentado a algo como esto, y desde Luxemburgo, donde por primera vez apareció el fenómeno, solo se decía que no había remedio.
Al cabo de un mes, ya había en Estrasburgo más de 500 danzarines en las calles y los galenos determinaron que lo mejor era sacarlos de las calles y colocaron una tarima en la que un grupo de músicos contratados para la ocasión, interpretaban alegres melodías.
Tras varios días de esas enloquecedoras y desaforadas contorsiones, los bailadores morían por agotamiento, ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares. sin que la incipiente medicina de la época pudiera hacer algo para evitarlo. Aquello estaba del todo fuera de control.
Al no tener idea de cómo frenar la situación, comenzaron las especulaciones. Se dijo que los afectados pertenecían a un culto de herejes, que trataban de transmitir parte de sus teorías mediante la danza. Algunos médicos decían que se trataba de un calentamiento espontáneo de la sangre y que era necesario esperar hasta que se enfriaran los cuerpos para que el mal se detuviera. Al final, nada.
La epidemia desapareció cómo comenzó. De manera tan súbita como se inició, la danza fue extinguiéndose poco a poco, hasta que de manera curiosa, sin que al parecer nada lo evitara, el mal cesó por completo. En el mes de septiembre, ya no había bailadores espontáneos en Estrasburgo.
¿Qué pasó? ¿Qué dice la ciencia hoy sobre el tema?
Se ha sugerido que todo fue causado por un hongo del centeno y del trigo, que la población consumía y que era una versión orgánica del LSD, pero esto fue descartado después. Si bien es cierto que la sustancia causa alucinaciones, los facultativos señalan que obstruye el flujo sanguíneo hacia las extremidades, lo que dificulta un tanto el movimiento.
La BBC publicó un capítulo del libro del historiados John Waller, Tiempo para Bailar, Tiempo para Morir, sostiene que hubo un estado de trance colectivo.
Según el autor, ese estado de trance se da cuando la persona enfrenta «angustias sicológicas extremas y que creen en la posibilidad espiritual»
Los pobres de la ciudad sufrían de hambrunas y enfermedades severas. Y, lo que es más importante, también sabemos que creían en un santo llamado San Vito que tenía el poder de controlar sus mentes e infligir un baile terrible y compulsivo- señala el portal de la BBC News,, el 13 enero 2018.
-La anticipación de esa maldición sumada a la alta vulnerabilidad de las personas aumentó la probabilidad de que entraran en el estado de trance. Y una vez en él, representaron el papel del maldito: bailando salvajemente durante días a la vez.
Así que la epidemia, sostengo, fue el resultado de la desesperación y el temor piadoso- según Waller, indica la BBC
Bueno, situaciones inexplicables en la historia de la Humanidad.