Las agresiones de grupos armados en Táchira y la caída del transporte de pasajeros reflejan la creciente crisis y desesperanza en la frontera venezolana.
En un trágico incidente ocurrido en el municipio fronterizo de Pedro María Ureña, en el Estado Táchira, colectivos armados irrumpieron durante una jornada de oración, disparando contra los asistentes para reprimir a la comunidad local. La comunidad se encontraba reunida en un acto de oración por la situación de su país cuando, según relatos de los presentes, «estábamos acá orando, pidiéndole a Dios por nuestro país y llegaron a dispararnos. Nos tocó correr y tirarnos al piso porque qué más hacíamos. Dispararon al aire, pero aquí estamos, no nos vamos a ir y los de la PTJ nada, no hicieron nada», comentó una de las jóvenes presentes en el lugar durante el ataque.
Los agresores, que llegaron en motocicletas y vestían de negro, portaban armas cortas y causaron un clima de terror en la comunidad. Este tipo de ataques pone en evidencia la escalada de violencia en la región, que ha sido testigo de numerosos incidentes similares en los últimos tiempos.
Por otro lado, la crisis política y social en Venezuela también se refleja en la disminución del transporte de pasajeros desde Villa del Rosario hacia los municipios del Estado Táchira. Tras la jornada electoral reciente, el flujo de pasajeros cayó en un 90%, con una reducción drástica en el número de vehículos que cruzan la frontera. La semana pasada, más de 30 taxis salían llenos desde La Parada (Villa del Rosario) hacia Rubio, pero esta semana solo están operando un máximo de dos vehículos por día.
“Antes de las elecciones, el flujo de pasajeros hacia la frontera, a Venezuela, era normal, salía gran cantidad de pasajeros. Eran 30 viajes por día que se estaban haciendo y ahora lo más que hemos logrado ha sido dos viajes por día. Muchos hemos pasado lunes y martes sin poder hacer un solo viaje y eso nos afecta, porque nosotros vivimos del diario”, explicó un conductor que trabaja en la zona de frontera.
La escasez de transporte ha llevado a los habitantes de municipios como San Antonio y Pedro María Ureña a desplazarse hasta Cúcuta y Villa del Rosario para abastecerse de bienes esenciales como agua, alimentos y medicamentos. La incertidumbre sobre el futuro de Venezuela está empujando a las personas a tomar medidas preventivas ante posibles cierres de frontera o una eventual crisis mayor. “Nos levantamos con la incertidumbre si podemos o no pasar (a Colombia). Ahora vamos a comprar algunos alimentos para abastecernos porque no sabemos si de aquí al fin de semana nos cierren la frontera y nos quedamos sin alimentos, sin medicamentos. Por ejemplo, mi mamá es hipertensa y debo tener sus pastillas, por eso vengo a Colombia para comprar varias cosas, lo más que pueda pasar y abastecerme, para que no nos tome por sorpresa el cierre de frontera o una guerra civil. Estamos a la expectativa porque cualquier cosa puede pasar”, relató una joven mujer que llegó recientemente a Villa del Rosario.
La situación en la frontera refleja un profundo deseo entre los venezolanos de escapar de la crisis y la dictadura actual, con la esperanza de restaurar la riqueza y productividad que el país disfrutó hace décadas.