Las distintas comparsas de Santa Marta y provenientes de otras ciudades vivieron momentos desagradables por los derramamientos de las alcantarilla
En un episodio vergonzoso que ha puesto en tela de juicio la gestión de la administración de Santa Marta, el tradicional desfile folclórico se llevó a cabo en medio de aguas de alcantarilla, provocando indignación entre los ciudadanos. El concejal Mono Martínez ha criticado duramente la falta de previsión y la justificación de las autoridades locales ante lo que califica como una situación humillante para la ciudad.
Martínez señaló que, en lugar de reconocer los errores, las autoridades han intentado minimizar el problema, argumentando que los samarios son fuertes y pueden superar las adversidades, mientras insisten en que el evento fue un éxito y que la comunidad disfrutó de las festividades. Sin embargo, para muchos habitantes, esta respuesta es inaceptable, ya que revela una falta de planificación y un desprecio por la salud pública.
“Los hicieron desfilar y festejar en el agua de materia fecal, pero lo más preocupante y lo más triste es que todavía continúan justificando la situación diciendo que los samarios somos fuertes y sobresalimos a las adversidades esta situación ha expuesto a nivel mundial la verdadera condición de Santa Marta, donde la convivencia con aguas residuales ha sido una realidad durante décadas. La alcaldía no se preparó, no hizo un plan de contingencia”, agregó Martínez.
Asimismo destacó que A pesar de conocer el historial de lluvias en finales de julio, no se tomaron medidas adecuadas para evitar las inundaciones. Hace diez años, se decidió trasladar la Fiesta del Mar a agosto precisamente para evitar estas situaciones, pero este año se hizo caso omiso a las recomendaciones, probablemente debido al ego y la negligencia de las autoridades.

El concejal también criticó el gasto desmesurado de 7.200 millones de pesos en las festividades, dinero que, según él, podría haberse utilizado para mejorar la infraestructura de la ciudad, como el sistema de alcantarillado y el EVAR. En cambio, se gastó en conciertos y eventos que podrían haber sido financiados por el sector privado. La falta de transparencia sobre el destino de estos fondos solo aumenta la frustración y la desconfianza de la comunidad. “Ellos han tenido la osadía de poner a las comparsas a bailar en el agua de mierda para justificar el derroche de un contrato de más de 7.200 millones de pesos. Que hasta ahora no sabemos en qué se gastaron”.
Las autoridades optaron por seguir adelante con el evento, exponiendo a los participantes y espectadores a graves riesgos sanitarios. “El llamado también es a las autoridades, quienes estaban en el Club Santa Marta mamando whisky con Poncho Zuleta, mientras la ciudad vivía esta desgracia y no tenía quien tomara decisiones para evitar que se aplazara para el día siguiente”, manifestó el concejal.
Las consecuencias de esta mala gestión no solo afectan a las comparsas y asistentes, sino también a las familias que corren el riesgo de llevar estas enfermedades a sus hogares. “El afán de justificar el gasto de los 7.200 millones llevó al gobierno distrital a exponer la salud, no solo de las comparsas y las personas que estaban presentes, sino de todas las familias”, concluyó Martínez.
Gestores culturales tratando de mantener vivas las tradiciones, ahogados en las aguas negras
En medio de esta controversia, el reconocido cantante samario Carlos Vives también se pronunció a través de su cuenta de X, expresando su profunda preocupación por la situación. “Celebrar el cumpleaños de Santa Marta por lo general ha sido un hecho con poca sustancia. La razón es que los samarios de toda condición, salvo honrosas excepciones, ignoramos nuestra historia. Esto nos ha producido un problema grave de identidad y por eso vemos cómo seguimos perdiendo a pasos agigantados lo poco de auténtico que aún nos queda de nuestra cultura local”, escribió Vives.
El cantante también destacó la necesidad de priorizar las mejoras en la infraestructura de la ciudad antes de enfocarse en eventos turísticos. “Siempre que el liderazgo me pidió una opinión sobre el turismo en Santa Marta, mi respuesta ha sido la misma: tenemos que arreglar la casa para recibir a los amigos. Nuestra ciudad, con su gente y con su geografía, es un imán, no solo para los colombianos sino para muchos ciudadanos del mundo. Sin embargo, seguimos atrasados en lo fundamental”, afirmó Vives.
La situación actual, con festividades llevadas a cabo en condiciones insalubres, es una prueba más de la desatención hacia las necesidades básicas de la ciudad. “No basta con tener el trago y el picó para creer que estamos haciendo las Fiestas del Mar. Entre otras cosas, porque hemos cambiado la música por el ruido y el respeto por el irrespeto hacia los demás. Ver a nuestros viejos gestores culturales tratando de mantener vivas nuestras danzas y tradiciones, ahogados en las aguas negras, es algo que me parte el corazón”, concluyó Vives
Los ciudadanos de Santa Marta merecen una administración que se preocupe verdaderamente por su bienestar y no una que justifique sus fallas con excusas y derroches injustificados. Es necesario que se tomen medidas inmediatas para solucionar los problemas de infraestructura y que se garantice la salud y seguridad de todos los habitantes.