En un ambiente de marcada división internacional, los resultados de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela han suscitado una serie de reacciones contrapuestas. Nicolás Maduro, quien ha estado en el poder desde 2013, se ha declarado vencedor para un tercer mandato consecutivo, con el 51,20% de los votos, según el primer boletín oficial del Consejo Nacional Electoral (CNE). Sin embargo, la legitimidad de los resultados ha sido cuestionada por diversos actores globales.
Los gobiernos de China, Rusia e Irán, conocidos por su cercanía con el régimen de Maduro, han expresado su felicitación al presidente venezolano. Vladimir Putin, presidente de Rusia, elogió a Maduro y reafirmó la disposición de su país a continuar con una cooperación constructiva. «Recuerde que usted siempre es bienvenido en tierras rusas», aseguró Putin en un mensaje de felicitación. En una nota similar, el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Lin Jian, destacó la relación amistosa y el apoyo mutuo entre ambos países, mientras que el portavoz iraní, Naser Kananí, calificó las elecciones como una «exitosa celebración».
En contraste, líderes europeos y estadounidenses han manifestado serias preocupaciones sobre la transparencia y la legitimidad del proceso electoral. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, expresó su inquietud por la validez de los resultados y cuestionó si realmente reflejan la voluntad del pueblo venezolano. Blinken hizo estas declaraciones en una conferencia de prensa en Tokio, junto a sus homólogos de la alianza Quad (Japón, Australia e India).
Desde la Unión Europea, Josep Borrell, alto representante de los Veintisiete para Asuntos Exteriores, subrayó la necesidad de asegurar una completa transparencia en el proceso electoral, instando al conteo detallado de los votos y al acceso a las actas de votación. El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, también enfatizó la importancia de respetar la voluntad democrática de Venezuela y pidió la presentación de todas las actas electorales para garantizar la verificabilidad de los resultados.
En Italia, el vicepresidente Antonio Tajani mostró escepticismo sobre el desarrollo de las elecciones y cuestionó la autenticidad del resultado, sugiriendo que no refleja fielmente la voluntad del pueblo venezolano.
En respuesta a los resultados oficiales, la líder opositora María Corina Machado ha declarado que el «nuevo presidente electo» de Venezuela es Edmundo González Urrutia, candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), el principal bloque opositor. Machado ha instado a la comunidad internacional a no reconocer los resultados anunciados por el CNE y ha reclamado una revisión exhaustiva del proceso electoral.
El panorama actual en Venezuela sigue siendo incierto, con una comunidad internacional dividida y una oposición que desafía los resultados oficiales. La situación plantea preguntas cruciales sobre la legitimidad de las instituciones electorales y el futuro político del país.