En las cruciales elecciones presidenciales en Venezuela, Edmundo González Urrutia se presenta como el candidato que podría terminar con 25 años de hegemonía chavista. Socialcristiano de modales moderados, González Urrutia se ha destacado por su perfil discreto y su meticuloso enfoque al trabajo.
González Urrutia, conocido por su timidez y disciplina, tiene una larga carrera diplomática, habiendo sido embajador de Venezuela en Argelia, Túnez y Argentina. Además, trabajó en la incorporación de Venezuela a Mercosur y fue secretario pro tempore de la Cumbre Iberoamericana de Naciones en 1997. A pesar de sus numerosos logros, González Urrutia se mantuvo relativamente desconocido hasta que María Corina Machado, líder de la oposición, lo eligió como candidato tras su inhabilitación.
A lo largo de su carrera, González Urrutia ha demostrado ser un hombre de gran serenidad y capacidad de diálogo. Es apreciado por su capacidad para crear espacios de consenso y por su estilo tranquilo y cuidadoso. Aunque no buscaba el poder, aceptó la candidatura a regañadientes, impulsado por la necesidad de un cambio en el país.
En su vida personal, González Urrutia es descrito como un hombre respetuoso, amante de la música y buen jugador de tenis. Su círculo cercano lo conoce por su agudo sentido del humor y su dedicación a la familia. A pesar de su reticencia inicial, ha asumido su rol con determinación, apoyado por su esposa e hijas.
El futuro de Venezuela podría cambiar con las elecciones de este domingo, y la esperanza de muchos venezolanos recae sobre los hombros de Edmundo González Urrutia, quien se encuentra en la cornisa de la historia, listo para asumir la responsabilidad que el país le ha confiado.
