Este martes 23 de julio, mientras se desplazaba por una trocha de la vereda Masinga, Carlos Betancourt Mira, líder comunal, fue víctima de un ataque perpetrado por hombres armados que abrieron fuego contra el vehículo en el que movilizaba.
«Yo iba en la parte de atrás y, de repente, sentimos los disparos. El esquema de protección reaccionó, pero no alcanzábamos a ver quiénes eran, estaban ocultos detrás de unos árboles. Al parecer, estaban esperando que saliéramos a la vía. Fueron cinco disparos que quedaron en el carro y otros que no alcanzaron a darnos», dijo a RCN Radio Betancourt Mira, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Los Alpes A.
Betancourt agregó que, inmediatamente lograron salir de la vereda, ubicada en la zona rural de Santa Marta, se refugiaron en el CAI de Bonda, donde la Policía les brindó la seguridad requerida.
«Se realiza el acompañamiento, se envían unidades de la Sijín de derechos humanos para que se realicen las denuncias correspondientes sobre este hecho», manifestó el coronel Jorge Bernal, comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta.
Sus inicios como líder
Carlos Betancourt Mira, de 45 años, inició como líder en el año 2018 en el oriente de Santa Marta en el sector conocido como Timayuí, exactamente en el barrio Los Alpes A. Allí comenzó sus funciones en pro de ayudar a la comunidad, acciones que muchas veces fueron truncadas debido la inseguridad y acciones ilícitas de organizaciones que empezaron a hacer presencia en la zona.
«Emprendimos diferentes estrategias para hacerle frente a la seguridad, lo que no fue bien visto por el tema del microtráfico en el barrio. Le vendían drogas a menores de 12 años, la comunidad estaba desesperada, especialmente las madres. Empecé a recibir ciertas amenazas por eso y me tocó desistir de esta labor», relató.
El líder social también ganó enemistades cuando evitó que se siguieran vendiendo lotes de manera ilegal en su barrio, «los cuales son de la comunidad y para construir el colegio».
¿Cuándo empezaron las amenazas?
De acuerdo con el líder social, las amenazas comenzaron en el 2019, un año después del inicio de su labor como líder. Primero fueron panfletos en nombre, presuntamente, de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, también conocidas como Clan del Golfo. Luego llegaron mensajes de texto con fotos de sus hijos saliendo del colegio, llamadas intimidantes y hasta llegaron a su casa emisarios que le exigían que se fuera de la ciudad o lo iban a asesinar.
«Me tratan de sapo, de guerrillero, que yo soy un torcido, dicen que yo tengo contacto con la guerrilla y policía; me dicen que me pierda, que me van a matar, que deje de estar jodiendo y desista de mi función como líder», aseveró.