Por: Orlando Andrade Gallardo
El pasado sábado 20 de julio el presidente Petro en un discurso candente e ilustrativo dio inicio a las labores legislativas del tercer periodo, anunciando nuevas reformas y solicitó el apoyo de los congresistas a través del dialogo político, para su aprobación. La primera intervención estuvo a cargo del saliente presidente del Senado Iván Name, quien manifestó haber cumplido con la labor parlamentaria agilizando la aprobación de proyectos y se defendió de las acusaciones de haber participado en el entramado de corrupción de la Ungrd y espera que la justicia lo exonere. Seguidamente, el presidente Petro comenzó su presentación pidiendo excusa por su responsabilidad política en el caso de corrupción citada, comentando que el gobierno está dispuesto a colaborar con la justicia para que se esclarezcan todos los hechos. El ambiente se notaba tenso por la bulla de las palmadas constantes en los pupitres de los congresistas de la oposición que trataban de sabotear la intervención presidencial, pero no hizo huella alguna por la veteranía del presidente, que sin papel y tele impronta ilustró a la audiencia y al país con cifras su gestión administrativa.
Para entender bien los mensajes presidenciales debemos conocer que todo es producto de algo y tiene sus consecuencias, algunas malas, pero la mayoría se persigue que sean buenas y nos referimos al incremento del salario mínimo a los trabajadores con un porcentaje histórico del 16%. En ese entonces todos los grupos políticos de la oposición y especialmente los gremios protestaron que ese aumento traería consecuencias fatales para la economía con la liquidación de empresas y el desempleo crecería. Sucedió todo lo contrario, ninguna empresa fue liquidada, el empleo bajó a un dígito y la pobreza monetaria disminuyó el 10% en un año, lo importante es que más de 600 mil familias tienen recursos suficientes para sus gastos. El otro caso, las clínicas y hospitales tienen liquidez para sus gastos y compromisos financieros, los recursos llegan oportunamente del gobierno, anteriormente tenían que esperar la voluntad de las EPS. Con estas medidas acertadas del gobierno la inflación bajó a un dígito, pero la tasa de interés que regula el Banco de la República no disminuye al mismo ritmo perjudicando la industria y el comercio.
En campaña, el presidente prometió que uno de sus mayores objetivos era disminuir la pobreza y las diferencias sociales que azotan al pueblo sin piedad y Colombia ocupa el vergonzoso primer lugar del planeta en estos dos indicadores; Petro lo ha logrado y la oposición y medios de comunicación lo ignoran. La nueva propuesta de la fast track o debates rápidos es una figura constitucional, pero requiere consenso de todos los partidos políticos asentados en el Congreso para discutir los proyectos. Para lograr el consenso se requiere que los congresistas cumplan su rol parlamentario de parlar, debatir, discutir, pero algunos lo evaden por falta de preparación y otros por orden de sus jefes políticos y no pueden cumplir con sus funciones de presentar proyectos y defender a quienes lo eligieron. Agregó el presidente, que en Colombia el pacto social está roto y debemos lograr por medio de un nuevo pacto político y social recuperarlo, no solo con los que están en el recinto, sino con toda la población colombiana.
Es la única forma de avanzar y pacificar al país, pero con reformas como la agraria, que desde el gobierno de Carlos Lleras hace 54 años no se legisla sobre la materia, ¿por qué? Pregúntenle a José y gremio de ganaderos. El problema de la oposición es el temor a dialogar, es necesario utilizar bien la palabra sin ofensas personales y veneno.
El presidente habló de otros temas interesantes como el aumento del turismo del 30% en 2023, y nuevos proyectos que presentará al Congreso.
Como algo atípico el presidente permaneció en el recinto para escuchar las réplicas de la oposición, que se fue lanza en ristre contra su gobierno, considerada fuera de contexto porque la réplica se presenta en el momento de la discusión, no traerla preparada como sucedió con los replicadores. El primero fue el vocero del CD, con la palidez que caracteriza a las personas que no están seguras de lo que dicen, criticó al presidente por no trabajar y levantarse a las 9 de la mañana y turistear con dineros públicos, el personaje se olvida que muchos proyectos no se tramitaron por la ausencia de congresistas de su colectividad en las comisiones y una de sus miembros invitaba desde un escondite para que los parlamentarios se salieran cuando se debatían proyectos gubernamentales. El resto de replicadores mantuvo la misma retórica populista y desgastada que causaba vergüenza cuando hablaban por falta de coherencia gramatical.