Según el último informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la incidencia de la pobreza monetaria en Colombia ha mostrado una significativa disminución. Piedad Urdinola, directora del DANE, destacó que este indicador se redujo al 33 % en el año 2023, lo que representa una baja de más de 3 puntos porcentuales con respecto al año anterior. Esta tendencia a la baja se ha mantenido por tercer año consecutivo, con cifras que descendieron desde el 39,7 % en 2021 y el 36,6 % en 2022.
La pobreza monetaria extrema también presentó cifras reveladoras, fijándose en $218.846 como la línea para el año 2023, equivalente a un ingreso mensual de $875.348 para una familia de cuatro personas. Por otro lado, la línea de pobreza monetaria se estableció en $435.375, que corresponde a un ingreso total de $1.741.500 para el mismo grupo familiar.
A pesar de un aumento del 9 % en la línea de pobreza y un incremento del 10,14 % en la línea de pobreza extrema a nivel nacional, análisis detallados han confirmado que los ingresos de los hogares y su redistribución fueron factores determinantes en la reducción de la pobreza, a pesar de las presiones inflacionarias.
En términos de números absolutos, durante el año 2023, aproximadamente 16,7 millones de personas vivieron en pobreza monetaria, mientras que 5,6 millones se encontraron en situación de pobreza monetaria extrema. Estos datos reflejan las condiciones económicas difíciles enfrentadas por una parte significativa de la población colombiana.
En cuanto a la distribución geográfica, ciudades como E Quibdó, Valledupar, Riohacha y Sincelejo presentaron las mayores tasas de pobreza monetaria, con porcentajes que alcanzaron el 60,1 %, 49,8 %, 46 % y 44,3 % respectivamente. En contraste, ciudades como Manizales, Medellín, Cali y Bogotá mostraron las tasas más bajas, con índices que oscilaron entre el 17,6 % y el 23,7 %.
Estos datos subrayan la compleja situación socioeconómica que enfrenta Colombia, evidenciando tanto avances significativos en la reducción de la pobreza como desafíos persistentes en la equidad y el desarrollo regional.