Laura Bonilla advierte sobre el crecimiento y diversificación de este grupo criminal y los retos para la paz total.
En una reciente entrevista radial, Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación, reveló detalles del último informe de la organización que analiza la situación de la guerra y la paz en Colombia. Según Bonilla, el Clan del Golfo ha mostrado un crecimiento sostenido desde la desmovilización de las AUC, «desde 2016 este grupo, que es un holding criminal, tiene un crecimiento exponencial y entre 2023 y 2024 el grupo crece un 18%». Actualmente, el Clan del Golfo tiene presencia en 305 municipios y maneja un portafolio de economía criminal superior al de cualquier otro grupo armado.
Bonilla también señaló que el Clan del Golfo ha logrado establecer conexiones con el crimen organizado a nivel regional y global, describiéndolo como «un Frankenstein que ha mutado con éxito y que tiene el control de territorios y de economías muy importantes». Subrayó la importancia de que el Estado y la sociedad comprendan la estructura y operatividad de estos grupos de alto impacto y gobernanza territorial.
«Ellos operan como estructura de capitales y es difícil seguirlo. Hay estrategia exitosa del Estado contra la minería ilegal, pero ellos relocalizan esfuerzos en temas como migración o explotación de mujeres, niños, niñas y adolescentes, así como el cobro de extorsiones», explicó Bonilla, resaltando la complejidad de controlar estas economías ilícitas.
En cuanto a los desafíos para la paz total, Bonilla mencionó el «politicómetro», un concepto que explica cómo la oferta de negociación del gobierno incentivó a los grupos armados a parecer más políticos de lo que realmente son. «Entonces eso creó un incentivo de que los grupos querían parecer más políticos de lo que son, ellos leen la ley y si dice que se debía cumplir con control territorial, entonces lo hacen y cooptan organizaciones sociales», comentó. Sin embargo, la paz total enfrenta el reto de negociar en un contexto de expansión y fortalecimiento de estos grupos armados, lo cual difiere significativamente de iniciar negociaciones en momentos de debilidad de dichos grupos.