Como una VERGÜENZA. Así se pueden calificar los hechos ocurridos en la previa y la terminación del partido en el que la Selección Colombia perdió la final de la Copa América ante su similar de Argentina.
Hinchas colombianos, la gran mayoría de visita en el país con ocasión del partido, causaron graves daños a la infraestructura del estadio Hard Rock de Miami, Florida.
El caos, causado principalmente porque muchos aficionados no tenían boletería, provocó la intervención policial, cuyo trabajo se centró en evitar que hinchas colombianos se colaran sin boleta por las principales entradas del escenario deportivo.
Esto generó un fuerte enfrentamiento entre oficiales de la Policía de ese país, hinchas colombianos y fanáticos argentinos que obligó al retraso del compromiso, pactado inicialmente para empezar a las 7 p.m. (hora colombiana).
El bochornoso espectáculo fue desolador: vidrios rotos de las escaleras eléctricas, dependencias del lugar dañadas y pasillos llenos de ropa, desechos de comida, latas y botellas, fueron algunos de los desmanes que causaron algunos hinchas colombianos, y también algunos argentinos. Además de todo esto, el estadio estuvo entre un 15 y 20 % por encima de su capacidad máxima.
Este hecho, que fue registrado por varios asistentes y compartido en redes sociales, obligó a una dura reacción por parte de la policía y generó disturbios tanto dentro como fuera del estadio.
¿Hinchas colombianos sin boletería o con boleta falsa?
En las horas previas al partido, las autoridades se vieron desbordadas por la entrada ilegal de cientos de fanáticos de ambos equipos.
Esta avalancha impidió que muchos espectadores con entradas legítimas pudieran acceder al coliseo, aumentando la tensión y el descontento entre los presentes.
Lo que debía ser una fiesta del fútbol terminó en caos y frustración, con consecuencias lamentables para la infraestructura del estadio y la imagen de los hinchas.
Desde un principio se crearon dudas sobre el control del estadio para el ingreso de hinchas. Pues, cientos de aficionados intentaron ingresar al Hard Rock Stadium violando la seguridad y las puertas de acceso. Incluso, circularon videos en los que se observa a personas intentando entrar por los ductos de aire.
Ante ese panorama, los seguidores de la Copa América se preguntan: ¿Qué falló en la organización, logística y seguridad en la final de la Copa América?
Las directivas del Hard Rock aseguraron que la logística y seguridad requirieron del doble del personal que normalmente emplean en eventos con total capacidad. Además, reconocieron que personas con boleta adquirida de manera legal, no pudieron ingresar, lo que ha generado polémica.
Los detalles de los hechos también los contó el periodista Juan José Buscalia, quien estuvo cubriendo gran parte del evento deportivo.
En medio del reconocimiento de fallos por la entrada de personas coladas, el la logística del estadio dijo que trabajaría con la Conmebol para tratar como corresponda el tema de quienes no pudieron ingresar pesar a haber pagado una alta suma en dólares, pues muchos de los hinchas colombianos viajaron desde las principales capitales del país, principalmente la costa.
Con ocasión del partido, quedó en evidencia que muchos aficionados viajaron sin boletería. ¿Qué pasó? ¿Dónde las compraron? ¿Qué sucedió?, preguntas que se hace la prensa y usuarios en redes sociales, y que estarían relacionadas con el arresto a Ramón Jesurín. El hecho se convirtió en un cuello de botella incontrolable para la Policía. El estadio tiene una capacidad para 60 mil y a las afueras la multitud superaba los 80 mil.
Y el gran cuestionamiento: mucha gente viajó sin boletería y la situación se desató porque las autoridades descubrieron boletas falsas. ¿De dónde provinieron? Las demandas no se harán esperar ante el público que se quedó afuera.
Arresto de Ramón Jesurún: ¿pelea o algo más allá?
Otro hecho que empañó el gran trabajo realizado por los jugadores colombianos durante el torneo fue el arresto del presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, quien junto a su hijo protagonizó una pelea mientras intentaban ingresar al escenario.
La gresca se generó en una de las entradas porque precisamente había exceso de boletería. El dirigente y su familia iban camino al ascensor que les permitía entrar al terreno de juego, allí, integrantes de la seguridad lo habrían detenido, al parecer, porque estaban acompañados de personas que no contaban con la respectiva autorización.
De acuerdo a las imágenes compartidas en redes sociales, el directivo de la Federación fueron arrestados por los cargos de “Battery”, que traduce “agresión”.
Las sanciones que puede dar este delito son un año de cárcel y mil dólares de multa, lo cual fue el valor de fianza impuesto a los dirigentes, según la ficha del arresto.
Lo cierto es que el gobierno norteamericano quiere saber e investiga de dónde salieron tantas boletas falsas, teniendo en cuenta que este tipo de hechos ya se han registrado durante los partidos de Eliminatorias al Mundial de Brasil 2014 y Rusia 2018 en Barranquilla. ¿Las llevaban desde Colombia? ¿Habían un entramado detrás de la reventa de boletas y la acumulación excesiva de entradas por encima del aforo del estadio?.


Fallas en la logística
Los afectados han señalado que uno de los posibles fallos fue la falta de anticipación, pues ante un evento tan masivo, era probable que se presentaran actos de violencia o personas que quisieran entrar de manera ilegal, por lo que se debía tener mejor organización logística y de seguridad.
Otro de los cuestionamientos va enfocado a los filtros y anillos de control de ingreso de los asistentes al estadio.
El conjunto de fallos y mal comportamiento de algunos terminaron afectando la imagen de la final de la Copa América, una competencia en la que cuatro días antes se habían registrado inconvenientes, cuando futbolistas uruguayos se enfrentaron a hinchas colombianos.
En esa ocasión, también se habló de una posible falta de logística y control de espacios y seguridad. Por los actos de violencia se les involucró en un proceso disciplinario a once jugadores uruguayos y un directivo.