[EDITORIAL] Retos para los congresistas costeños  

Teniendo en cuenta el numeroso grupo de congresistas que representan a los departamentos de la  región Caribe, no nos queda otra opción que reiterarles –tanto a los nuevos como a los que repiten en el Senado como en la Cámara de Representantes– nuestra petición en el sentido de que en la próxima legislatura que se inicia este 20 de julio, trabajen unidos en procura de la solución de los grandes problemas que aquejan al Atlántico, Magdalena, La Guajira, Cesar, Bolivar, Sucre, Córdoba y San Andrés y Providencia.

En diferentes ocasiones hemos insistido en este mismo espacio editorial acerca de la necesidad urgente e ineludible que nuestros Senadores y Representantes costeños convoquen voluntades y unan esfuerzos para promover el desarrollo de nuestra región Caribe bajo un denominador común.

Si hasta ahora se ha hecho algo en ese sentido ha sido parcialmente, porque la realidad es que no ha habido un movimiento continuo y aquellos proyectos a los cuales se les auguró un promisorio futuro, se evaporaron rápidamente.

Precisamente, esa falta de unidad de conciencia para defender lo regional, le ha abierto espacios a la subestimación del poder central, porque es notorio que a la Costa Caribe, no se le esté teniendo en cuenta para casi nada, cuando de favorecer a las regiones se trata;  comparada con lo que están recibiendo otros departamentos y cuando se trata de nuestras justas peticiones.

Lo que sucede es que existe un marginamiento que pesa y este se puede apreciar en la asignación de recursos para proyectos de envergadura en nuestra región, sin embargo lo que predomina es cierto conformismo entre los mismos sectores dirigentes de nuestros departamentos.

Otras regiones de Colombia han alcanzado las metas propuestas, por la unidad con que sus dirigentes asumen sus propósitos de interés general y que hoy les estamos recordando.

En la dirigencia costeña ha hecho falta esa tónica, por eso se espera que la nueva generación de dirigentes políticos, pueda romper ese crónico distanciamiento.

Los tiempos han cambiado y el Atlántico y los demás departamentos de la región Caribe deberán estar en esa nueva onda, asimilando corrientes que le promuevan un destino que supere el atraso y que trace metas ambiciosas con realidades que le den a la comunidad las soluciones anheladas.

El hecho de haberse incrementado la representación de nuestros departamentos en el Senado y de una significativa llegada de nuevos integrantes de la Cámara, nos hace presagiar que de ahora en adelante – en el próximo periodo de sesiones ordinarias que se reanudan el 20 de julio– las cosas puedan cambiar positivamente en favor de los más necesitados, si tenemos en cuenta que los congresistas de nuestra región, son conscientes de los retos que estos deberán enfrentar.

No cabe duda que el Congreso es el obligado a avanzar en el trámite de muchas iniciativas que favorecerán a la región Caribe, pero que por la falta del necesario impulso quedaron estancados en anteriores legislaturas, tales como el proyecto de una obra tan importante como es la carretera marginal del río Magdalena, denominada Vía de la Prosperidad que se iniciaría en Palermo, municipio de Sitionuevo Magdalena, y culminaría en Aguachica en el sur del departamento del Cesar.

Así mismo, le espera a los actuales congresistas la responsabilidad que significa darle un impulso al desarrollo rural a nuestros departamentos, lo cual debería constituirse desde ya en una prioridad en el futuro próximo.

A quienes fueron favorecidos con los votos de los costeños les corresponde interpretar como debe ser, esa obligación encomendada y actuar activamente en la búsqueda del beneficio de sus representados por encima de los intereses personales y politiqueros.