El acto litúrgico fue también el escenario en el que se dio el lanzamiento de su centenario, que se vivirá en 2032.
Redacción Sociales
LA LIBERTAD
Este domingo la Catedral Metropolitana Maria Reina se engalanó de alegría y fe para la celebración de los 92 años de fundación de la Arquidiócesis de Barranquilla.
La fiesta religiosa que arrancó a las 4:00 de la tarde, convocó a las 160 parroquias del departamento, sacerdotes, ministerios pastorales, delegaciones de todo el pueblo de Dios, así como también a autoridades civiles y militares, quienes acompañaron con respeto y solemnidad este significativo acontecimiento religioso y comunitario en la región.
El acto litúrgico en el que el agradecimiento, los cánticos y oraciones fueron protagonistas, marcó el inicio de un periodo de preparación intensa hacia lo que será el centenario de la arquidiócesis, que tendrá lugar en 2032 y que desde ya genera una profunda reflexión sobre el propósito e impacto de la Iglesia en la comunidad del Atlántico.
Monseñor Pablo Emilio Salas, quien fue el encargado de presidir la eucaristía, detalló que los próximo 8 años serán dedicados a los sacramentos. Por ello, se concentrarán en incentivar el trabajo misionero y evangelizador de la arquidiócesis, así como también realizarán visitas pastorales a todas las parroquias de la Arquidiócesis de Barranquilla.



















En tercera medida, agregó que se avivará intensamente la vida sacramental en todo el pueblo, lo que renovará el compromiso con los valores cristianos.
“Además de eso, es importante que sepan que todo esto va a estar orientado a fortalecer la familia, que es el centro de la sociedad y que tanto lo necesita”, sostuvo monseñor.
Por su parte, el padre Jaime Marenco, delegado de Comunicaciones de la Arquidiócesis, manifestó que esta preparación permitirá seguir animados en la reconstrucción de tejido social y lograr beneficios para la comunidad en general.
“Necesitamos que la iglesia tenga fe, que la gente recupere la fe, que puedan sentirse cercana a sus pastores y a la vez, que la comunidad sienta que la fe nos ayuda a tener mejores pensamientos y mejores sentimientos para lograr realmente cambios que permitan una sociedad más justa, más solidaria, más fraterna”, sostuvo el religioso.
Finalmente, se refirió a los desafíos sociales actuales, haciendo hincapié en la alta prevalencia de niños con deseos de no seguir viviendo, jóvenes desanimados y padres frustrados por no sentir que están ofreciendo lo mejor a sus hijos.
“Tenemos que buscar esos puntos de equilibrio y de encuentro en los que todos podemos aportar para salir adelante. Sin duda, uno de esos es la iglesia, que abre sus puertas a toda la comunidad y que sigue trabajando por el bien común”, puntualizó.











