
Comunidad y autoridades preocupadas por la situación de los espacios comerciales.
Los módulos comerciales ubicados en la Calle 30, Santa Marta, han sido víctimas de vandalismo y robos frecuentes, convirtiéndose en un problema grave para la comunidad y las autoridades locales. Estos espacios, diseñados para revitalizar la actividad comercial en la zona, enfrentan ahora serios desafíos debido a actos criminales recurrentes.
Los módulos comerciales de la calle 30 han sido vandalizados y robados en varias ocasiones, afectando gravemente a los vendedores beneficiarios y a la imagen urbana de la zona.
La falta de vigilancia y la presencia de grupos desadaptados han facilitado que los locales sean utilizados para el consumo de drogas y otros actos delictivos. Esto ha llevado a una situación donde los módulos, en lugar de ser un motor económico, son ahora motivo de preocupación y desaliento.
Inicialmente concebidos como una medida para reubicar a vendedores ambulantes y mejorar el entorno urbano en la avenida Campo Serrano, estos cubículos no han logrado cumplir su propósito debido a la falta de ocupación y seguridad. Lo que debería haber sido un impulso para la economía local se ha convertido en un foco de problemas para la comunidad y las autoridades de la ciudad.
Aunque el diseño de los módulos fue pensado para mejorar la presentación y servicio ofrecido por los vendedores, su implementación no ha logrado disuadir los actos vandálicos y delictivos que los afectan regularmente.