Ley 2232 entrará en vigor para reducir la contaminación ambiental, aunque con excepciones específicas.
A partir del 7 de julio de 2024, Colombia implementará la Ley 2232, que prohíbe la producción y uso de plásticos de un solo uso en el país. Esta medida, promulgada por el Gobierno y respaldada por la Corte Constitucional, busca reducir la contaminación ambiental mediante la eliminación de seis categorías de productos plásticos actualmente en circulación.
Según lo comunicado por las autoridades, las empresas deberán adoptar alternativas más sostenibles para continuar sus operaciones, adaptándose a nuevas normativas que fomenten prácticas más amigables con el medioambiente. La prohibición afectará productos cotidianos ampliamente utilizados, los cuales podrán ser reemplazados por opciones más ecológicas.
Una de las preguntas recurrentes entre los ciudadanos ha sido sobre el destino de las bolsas de basura, indispensables para la gestión de residuos orgánicos. La normativa contempla excepciones específicas para este tipo de productos, así como para las bolsas destinadas a la recolección de desechos de mascotas, debido a la falta de alternativas viables actualmente disponibles en el mercado.
«Aunque hay muchos productos que se quedan por fuera, no todos los plásticos de un solo uso serán prohibidos», afirmaron las autoridades, destacando las excepciones para aquellos plásticos necesarios por razones médicas, de higiene, y para el manejo de sustancias químicas peligrosas o alimentos líquidos y de origen animal.
En total, se han establecido diez excepciones que permitirán la continuidad de ciertos productos plásticos en el comercio, considerando su relevancia y aplicabilidad en distintos sectores.
Entre los productos que quedarán prohibidos se encuentran las bolsas plásticas de supermercados, bolsas de empaque para revistas y periódicos, bolsas en rollo para frutas y verduras, pitillos y mezcladores para bebidas, así como soportes plásticos utilizados en celebraciones y para copitos de algodón.
Esta medida regulatoria tiene como objetivo principal mitigar la contaminación derivada del uso indiscriminado de plásticos y fomentar el empleo de materiales más amigables con el entorno. Sin embargo, la transición hacia alternativas sostenibles enfrenta desafíos significativos, incluyendo la disponibilidad y el costo de los productos sustitutos en el mercado nacional.