La inflación en la eurozona disminuyó a 2.5% en junio pero sigue estando por encima de la meta del Banco Central Europeo que no tiene prisa por volver a reducir las tasa de interés.
La cifra divulgada representa una disminución con respecto al 2.6% registrado en mayo. Una buena noticia luego de que la inflación alcanzara una cima de poco más de 10.5% afectando el poder adquisitivo de los consumidores, y dejando a la economía europea en un crecimiento de casi 0.
No obstante, hay indicios de que la inflación podría seguir entre 2 y 3% por un tiempo más. El aumento de precios en el sector de servicio, por ejemplo, se mantuvo en poco más de 4% sin cambio con respecto a mayo.
Los bancos centrales no quieren descubrir tardíamente que la inflación es más persistente de lo que pensaban y luego tener que retractarse.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, expresó en un discurso que el banco primero tiene que asegurarse que el banco está bajo control antes de volver a reducir la tasa de interés clave.
«Si bien el crecimiento en la eurozona es incierto, el mercado laboral sigue fuerte con bajos niveles de desempleo, señal de que la economía está bien a pesar de las tasas de interés más altas que han afectado a áreas sensibles al crédito como la venta de vivienda y la construcción», indicó.