Durante la ceremonia en Roma, el pontífice insta a los nuevos arzobispos a ser pastores diligentes y anunció planes para el Jubileo de 2025.
En una solemne celebración por el día de San Pedro y San Pablo, patrones de Roma, el Papa Francisco hizo un llamado este sábado a «construir una Iglesia y una sociedad de puertas abiertas». Durante la misa en la basílica de San Pedro, bendijo los palios de los nuevos arzobispos, instándolos a abrir las puertas del Evangelio con diligencia pastoral.
Los palios, estolas de lana blanca con cruces de seda negra, fueron entregados como parte de la tradición anual que honra a los arzobispos nombrados en el último año. Esta ceremonia, marcada por la presencia de cientos de fieles y prelados, coincidió con la celebración anticipada del Jubileo de 2025, cuando se espera que aproximadamente 30 millones de peregrinos visiten Roma para cruzar la Puerta Santa en busca de indulgencia.
Sentado debido a problemas de rodilla, el Papa presidió la Solemnidad de San Pedro y San Pablo con un mensaje de apertura y acogida hacia todos. Durante la liturgia, también reconoció y agradeció la presencia de una delegación del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, destacando su compromiso con la unidad entre las iglesias católica y ortodoxa.
En un gesto significativo, el pontífice expresó su deseo de visitar Nicea, Turquía, en 2025 para conmemorar el 1.700 aniversario del primer concilio cristiano. Este viaje, según Francisco, representa un paso importante hacia la unidad y el diálogo interreligioso.
Francisco reiteró su gratitud al patriarca ecuménico Bartolomé I por la invitación a Nicea, subrayando su entusiasmo por realizar este viaje «de todo corazón».