La agencia de calificación advierte sobre retos macroeconómicos que podrían impactar la estabilidad financiera del país.
En un movimiento significativo para los mercados financieros, la agencia de calificación de riesgo Moody’s ha decidido mantener la calificación crediticia de Colombia en Baa2, pero con una perspectiva negativa. Esta decisión refleja las condiciones económicas desafiantes que enfrenta el país, las cuales podrían afectar la consolidación fiscal, el crecimiento económico y el costo del endeudamiento a largo plazo.
La perspectiva negativa implica que Moody’s podría revisar a la baja la calificación crediticia de Colombia en el mediano plazo, según información del Banco de la República. Este ajuste podría significar un retroceso en los avances hacia el grado de inversión, dificultando el acceso a financiamiento a tasas favorables para el Gobierno y el sector privado.

El cambio en la perspectiva se suma a las recientes decisiones de otras agencias como S&P Global Ratings y Fitch Ratings, que también ajustaron su perspectiva a negativa debido a un crecimiento económico por debajo de las expectativas. Estas calificaciones son fundamentales para los inversionistas, quienes evalúan el riesgo asociado con la deuda soberana antes de realizar inversiones significativas en el país.
Ricardo Bonilla, ministro de hacienda, destacó que «Moody’s ha reconocido los esfuerzos del Gobierno por implementar recortes de gastos necesarios para mantener la sostenibilidad fiscal y macroeconómica. Esto refleja un voto de confianza en las políticas económicas del presidente Petro, diseñadas para mitigar los impactos adversos de la perspectiva negativa».
Las calificaciones crediticias no solo evalúan el nivel de riesgo financiero de un país, sino que también influyen en la percepción de los mercados internacionales y en las condiciones para acceder a financiamiento en condiciones favorables. Es crucial que Colombia continúe implementando políticas fiscales prudentes y reformas estructurales para mejorar su perfil crediticio y mantener la confianza de los inversionistas en medio de un entorno económico global incierto.