Propuestas sobre la mesa son las que ha presentado Fedegán con José Félix Lafaurie Rivera a la cabeza, para impulsar el consumo de leche en el país y mejorar la situación de cientos de familias que se dedican a la producción de esta proteína.
En Fedegán se ha propuesto que las compras del sector público ayuden a que la leche sea obligatoria en los menús de las guarniciones militares y sobre todo, por su importancia para el crecimiento en los hogares infantiles del ICBF y el Programa de Alimentación Escolar, PAE, que tanto ha sido criticado desde su inicio.
Fedegán ha propuesto una alianza entre el Estado, los ganaderos y la industria, para producir leche dirigida a segmentos populares, con un subconsumo que hace parte de los problemas de desnutrición.
Se trata de leche pasteurizada, porque la “ultra pasteurización”, la “larga vida”, el envase ‘tetra pack’ y la multimillonaria publicidad de la industria convierte a la leche en un lujo. En países desarrollados y lecheros, como Holanda y Australia, es más apetecida la leche fresca y de corta duración en material de plástico reciclable; además, ¿para qué una ama de casa de estrato bajo querría comprar leche costosa para seis meses?
Fedegán ha propuesto alianzas con el propósito de ampliar la capacidad de pulverización para un acercamiento siquiera o una condición de garantía de compra, como la tienen otros gremios del sector del agro, para que el pequeño productor de Colombia no tenga que “llorar sobre su leche derramada”, porque nadie se la compra o la debe regalar en la informalidad a precios que no cubren los costos.
Agregó que “desde hace años se han presentado propuestas de solución sobre la mesa, y ahí siguen, podemos hacer más seminarios para un problema sobrediagnosticado, pero es urgente pasar a las soluciones”.
Cuando llegan las lluvias vuelve algo de optimismo al campo, aunque el agua destruya las vías y hasta cierto punto todo se complica, pero habrá más abundancia de leche.
El dirigente gremial manifestó que la crisis por la que están pasando los productores “no es un cuento imaginario”. Es la realidad de cerca de 300.000 colombianos, pues nuestra producción de leche es, en su mayoría, de pequeños ganaderos minifundistas que hacen parte, muchos de ellos, de la pobreza rural.
Los productores, que hacen presencia en la Colombia profunda, no entienden por qué bajaron el precio de la leche.
Lo cierto es que el sector lechero pasa por una notable crisis productiva, de distribución y de comercialización. Por lo menos así lo dejó entrever la Asociación Nacional de Productores de Leche -Analac, la cual alertó que la situación se agrava cada vez más rápido debido a la determinación de reducir el recibo de leche en las fincas por parte de las procesadoras líderes en el país.
Según Analac, estas determinaciones llevan al productor a una situación crítica y aumentan la incertidumbre que se vive desde hace 14 meses por la baja en los precios pagados en las fincas.