En un devastador suceso, al menos cinco personas perdieron la vida y otras 124 resultaron heridas como consecuencia de un ataque con misiles estadounidenses ATACMS contra varias localidades en la península rusa de Crimea.
Según el Ministerio de Defensa de Rusia, estos misiles tácticos operativos fueron lanzados basándose en datos de reconocimiento por satélite proporcionados por especialistas estadounidenses.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, expresó la firme determinación de Moscú de buscar una respuesta a través de las organizaciones internacionales por la tragedia que involucra a civiles rusos. Sin embargo, Zajárova también lamentó que estas organizaciones estén, según sus palabras, comprometidas por Occidente.
El incidente ha generado una escalada de tensiones entre Estados Unidos y Rusia, exacerbando las ya frágiles relaciones internacionales en un contexto de creciente conflicto geopolítico.
Crimea ha estado ocupada por Rusia desde que sus fuerzas anexaron la península en 2014. Desde el estallido de la guerra en Ucrania es objeto de ataques esporádicos por parte de las fuerzas ucranianas.
Kyiv ha insistido anteriormente en que sus ataques a Crimea, que tuvieron como objetivo bases navales y buques rusos, son una parte integral de su estrategia, destinada a tratar de aislar la península y hacer más difícil para Rusia mantener sus operaciones militares en el continente ucraniano, dijo una fuente ucraniana familiarizada con la estrategia a CNN el año pasado.
Antes de la invasión rusa de Ucrania en 2022, Sebastopol, la ciudad más grande de Crimea, era un destino turístico popular para los rusos. Incluso después del estallido de la guerra, los rusos siguieron llegando en masa a la ciudad costera a pesar de los peligros.
Las autoridades rusas continúan investigando el incidente y evaluando los daños causados por el ataque, mientras que el mundo observa con preocupación los desarrollos posteriores y las posibles repercusiones diplomáticas y estratégicas.