En medio de intensos debates legislativos, la Ley Estatutaria de Educación enfrenta un destino incierto en el Congreso colombiano. Mientras que la Reforma Laboral avanza para ser discutida el próximo año, la legislación educativa se encuentra virtualmente hundida debido a la falta de tiempo para su aprobación.
Actualmente, existen dos propuestas en el Senado: una del Gobierno, que refleja el texto aprobado en la Cámara de Representantes, y otra presentada por la oposición. A pesar de los esfuerzos por conciliar ambas posturas, la mesa directiva del Senado decidió continuar con las discusiones hasta mañana, priorizando la agenda de los críticos del Gobierno en cuanto al estatuto de oposición.
El plazo apremia: el 20 de junio marca el final del periodo legislativo actual, dejando poco margen para un acuerdo que permita modificar y aprobar la Ley Estatutaria en la Cámara de Representantes. Aunque se mantiene abierta la posibilidad de una conciliación, la discrepancia entre las partes hace que esta opción sea cada vez más remota.
El Presidente Gustavo Petro expresó su preocupación al respecto, enfatizando que «negar que la educación superior sea un derecho fundamental es literalmente negar la esencia humana. Lo que nos distingue de los seres animales es la cultura, la reflexión en sí mismo, en los demás y en todo lo demás».
Con el reloj legislativo avanzando implacablemente, la incertidumbre sobre el futuro de la Ley Estatutaria de Educación persiste, dejando en el aire el destino de una reforma clave para el sistema educativo del país.