
Se suscriben dos acuerdos para proteger microcuencas en Fómeque y Sesquilé, beneficiando a comunidades rurales y fortaleciendo la seguridad hídrica.
Bogotá y Cundinamarca han dado un paso significativo en la protección ambiental al suscribir dos nuevos acuerdos colectivos de Pagos por Servicios Ambientales (PSA) enfocados en la regulación hídrica. Estos acuerdos, firmados con los municipios de Fómeque y Sesquilé, buscan salvaguardar un total de 252.5 hectáreas que abarcan las microcuencas de la quebrada Negra y el río San Francisco.
Jerónimo Rodríguez, subsecretario de Ambiente de Bogotá, destacó la importancia estratégica de estas iniciativas: «Para la ciudad es imperativo asegurar la provisión hídrica y generar condiciones de resiliencia ante el cambio climático. Es crucial firmar acuerdos con propietarios y campesinos para reconocer sus labores de conservación que son vitales para la región».
El primer acuerdo abarca 202.6 hectáreas en la microcuenca de la quebrada Negra, beneficiando a 10 familias en Fómeque. Este acuerdo incluye acciones de preservación y restauración que son fundamentales para mantener la calidad del agua en la región. Por su parte, el segundo acuerdo, suscrito con nueve familias de Sesquilé, protege 49.9 hectáreas en la microcuenca del río San Francisco, donde se implementarán medidas como la reforestación y restauración ecológica.
Fabio Antonio Rodríguez, representante de la junta de acción comunal de la vereda El Hato en Sesquilé, subrayó la importancia de estas acciones para la recuperación ambiental: «La firma de este acuerdo es crucial para la cuenca del río San Francisco. Aprendimos a convivir con el medioambiente y evitar su destrucción. Nuestras acciones incluirán programas de reforestación y restauración que son esenciales para proteger nuestros recursos naturales».
En el marco de estos acuerdos, Bogotá ha suscrito previamente PSA para proteger un total de 1364.7 hectáreas en los municipios de Fómeque, Sesquilé, Guasca, La Calera y Guatavita, beneficiando a 64 familias. Estos esfuerzos forman parte de una estrategia integral para mejorar la seguridad hídrica de la ciudad, especialmente en áreas de influencia crítica como el Páramo de Chingaza y el Embalse de Tominé.
Las autoridades distritales enfatizaron el compromiso continuo con la conservación ambiental y la resiliencia regional frente al cambio climático. «La Administración distrital trabaja en estrecha colaboración con la Región para fortalecer la seguridad hídrica de Bogotá. Priorizaremos procesos de restauración y mantenimiento en estas áreas cruciales para el abastecimiento de agua en la ciudad», sostuvieron las autoridades.
El objetivo a largo plazo de estos pagos por servicios ambientales es conservar un mínimo de 2,128 hectáreas mediante actividades de restauración y conservación ecológica. Estas acciones no solo buscan garantizar la provisión hídrica, sino también mejorar las condiciones de resiliencia de las comunidades locales y regionales frente a los desafíos ambientales actuales y futuros.