POR: MARIA CAROLINA MEJIA DE LEON
En esta columna hablaré sobre el currículo, de las carencias que ha tenido a lo largo de los años la educación en Colombia, y cómo esta ha perjudicado en tal manera la estructura de una sociedad; la educación necesita reformas urgentes donde un currículo eficiente y verdadero transforme las mentes del alumnado y no solo de un alumnado, sino que también de toda la comunidad educativa; Colombia ha pasado por gobiernos donde la palabra invertir es una pérdida de tiempo, cuando se trata de la educación publica y esto ha llevado que se eduquen a los alumnos con mediocridad, sin sentido de pertenencia, alumnos que son sinónimos de grabadora que solo repiten lo que les reproduce los docentes. Se necesita una transformación de inmediata donde haya una unidad y se rompa el lazo de la indiferencia, porque solo puede ocurrir un hito en la educación si hay acuerdos donde todos se unan para mejorar la calidad de los claustros educativos.
El currículo es ese comienzo para una esperanza de cambio y transformación para una sociedad, un currículo es la llave para que los miembros de una comunidad evolucionen para algo mejor, el currículo contextualizado, pertinente, que nos una y nos ayude a vivir a flor de piel las problemáticas de una sociedad; este tipo de currículo es lo que nos va a transportar a ser seres con sensibilidad, con sentido de pertenencia, a ser tolerantes y esto cualidades nos lleva a tener el ánimo y el ímpetu de cambiar nuestro entorno, cuando queremos modificar las cosas para bien, esto nos lleva a la posición de saber que somos entes de transformación, por ende son personas autocríticas, que saben leer, comparar, y son útiles para la sociedad.
Para que esto ocurra el papel de los docentes es sumamente importante, docentes críticos y preparados, docentes que constantemente están actualizando su plan curricular, el docente es ese camino para potencializar las capacidades de sus alumnos, que fomente en él, el liderazgo, el trabajo en grupo, su humanidad. Un profesor para impactar en la vida de sus estudiantes a través de su práctica pedagógica debe superarse y tener la actitud de mejorar cada día.
La educación publica ha sido víctima del mal manejo y de la indiferencia de los gobiernos de turno por mucho tiempo, no hay garantías óptimas para los profesores somos vistos como simples trabajadores, han desvalorizado esta profesión de tal manera que no hay garantías para que los profesores no avancen, y no mejoren su práctica pedagógica, no hay recursos para que los alumnos tengan un ambiente optimo y de calidad para aprender; hay una desunión en el ámbito educativo, y sólo el cooperar de todos los miembros de un claustro educativo puede llevar a un cambio en la educación.
La desvalorización de la educación por parte del gobierno ha permitido que tengas políticas de estandarización excluyentes para que los estudiantes puedan entrar y tengan la oportunidad de entrar a la educación superior, métodos excluyentes y desiguales, y esto permite decir que para acceder a la educación en Colombia son los privilegiados y muy pocos de escasos recursos pueden acceder a ella.
El poder de la educación pública tiene un impacto a nivel sociocultural donde en la parte económica trae consigo productividad. Según esto en la educación está la estabilidad de todas las esferas, el mejoramiento de una sociedad es directamente proporcional a la calidad de la educación, es decir que la calidad de vida de los ciudadanos depende de una mejor educación donde no se comience desde arriba sino de abajo desde los estratos más vulnerables.
Esto quiere decir, que para el mejoramiento de un país es importante una buena educación, sin educación no habrá una sociedad equilibrada y establecida, por eso es importante el currículo, el currículo trae un futuro mejor, es una caja de pandora llena de esperanza, una esperanza cargada de cultura, de contextualización, de valores, de crecimiento y de superación.
Ya es hora de tener una educación inclusiva, y no excluyente, una educación que se interesa por las problemáticas de del entorno donde se desenvuelven los estudiantes de los claustros educativos, haya una unidad y no un egoísmo: que la educación sea sinónimo de superación, de la necesidad de mejorar el entorno en que nos rodeamos, que la prioridad sea el bienestar de los estudiantes, y ese cambio es a través de cambiar los métodos de educar, el cambiar los recursos curriculares para que los saberes penetren en la humanidad de los estudiantados, haya una metamorfosis en la educación, cambie el algoritmo que ha estado operando y fracasando en todo este tiempo.
La educación colombiana necesita una reforma que primeramente cambie el sistema y comience a valorar la labor de los docentes, haya una autonomía y una libertad a la hora de educar, hay una unión entre los colegios, los rectores y exista un plan de acompañamiento para que renueven su plan de estudio, que el currículo sea cultural y sobre todo que sea investigativa.
En conclusión, el currículo lleve a una transformación de la educación pública, que a pesar que ha pasado por muchas vicisitudes para acabarla se ha mantenido, pero aun así es necesario que se fomente una reforma para cambiar y mejorar lo que mucho tiempo a estado funcionando mal; para que la enseñanza dentro de las aulas debe llevar a que los estudiantes cambien su mentalidad, el crecimiento sea integral y sobre todo enseñen a leer de manera crítica y compresiva para que la transformación en la sociedad sea de manera uniforme y eso se logra a través de la unión de todos los miembros de la instituciones educativas. Este texto hace parte del Taller de Lectura y Escritura en Procesos Curriculares en la Universidad del Atlántico en el Programa de Licenciatura en Ciencias Sociales (I-2024).