[Editorial]Urge un servicio de salud más humanizado

Docentes en la sede de Consalud en Barranquilla. // Captura de pantalla.

Para nuestro concepto las reformas y los cambios del sistema de salud para la gente de escasos recursos del país, no sólo deberá introducirse en artículos, parágrafos e incisos, sino también en los requerimientos para la formación de algunos profesionales de la medicina, para que el servicio que ofrezcan sea más humanizado.

La prestación de la atención en salud no se puede pensar solo con el bolsillo y la ciencia que es universal e infinita, deberá servir a toda la humanidad, sin importar la raza, condición social, edad, sexo o creencias religiosas, es decir también existe la necesidad urgente de humanizar la medicina para los pobres.

Lo que se requiere es que se le brinde la oportunidad a millones de personas pertenecientes a los estratos bajos, es decir de escasos recursos económicos, para que así estos puedan llegar a un consultorio médico y ser atendidos por un facultativo, de manera oportuna.

Son muchos los ciudadanos que han fallecido en las puertas de los hospitales o I.P.S. y que si llegan a los consultorios no tienen la más mínima esperanza de encontrarle remedio a sus padecimientos físicos, que después se convierten en trastornos psicológicos por el agreste e inhumano tratamiento que reciben en algunas –no en todas– de estas instituciones.

Que existan más recursos para la salud y oportunidades para los más pobres, es algo que para nosotros en LA LIBERTAD es de mucha importancia, en este caso los congresistas de las diferentes ideologías, que conforman el Congreso de la República, no sólo deben velar porque así ocurra, también es necesario que trabajen por lograrlo, deponiendo intereses personales y políticos, frente a los que atañen a la ciudadanía en general.

Al parecer, todas las partes tienen razones para justificar las posibles falencias, pero muy pocos aceptan que en el pasado no se hizo lo suficiente para que el modelo, que se ve tan bonito en su texto, se tradujera en una mayoría de la población satisfecha con los servicios que recibe.

Es ahí donde está el meollo del asunto, porque mientras el Gobierno, las E.P.S. y los usuarios no tiren para el mismo lado, serán los jueces a través de la tutela y no los médicos, quienes seguirán decidiendo si una vida está en peligro o no y será muy difícil cumplir la meta de beneficiar a muchos más colombianos.

Siempre hemos dicho que Colombia es un país de paradojas y una de estas es precisamente su sistema de salud, que elogiado e imitado en otras naciones, ha venido soportando cuestionamientos por la insatisfacción que generan entre muchos usuarios, algunas – no todas– Empresas Promotoras de Salud- EPS.

Según recientes encuestas, tres de cada diez colombianos desaprueban la forma cómo se están enfrentando los problemas de la salud y piensan que la calidad empeoró en los últimos cinco años, de acuerdo a este sondeo, la opinión pública le pasa una cuenta de cobro a los anteriores gobiernos por una crisis que se ha venido profundizando con el correr de los años.

Por esto es importante que los cambios que se produzcan en lo atinente a la reforma que actualmente se debate en el Congreso de la República, deberán ser estructurales, con discusiones que tengan como base el objetivo prioritario consistente en la creación de un modelo realista, que resuelva uno de los problemas más graves del país, como es la prestación de un servicio de salud para los más pobres.