La sorprendente historia de Álvaro Leyva: escándalos y coqueteos con las Farc

Álvaro Leyva Durán, un nombre que ha resonado en la política colombiana durante décadas, vuelve a estar en el ojo del huracán. Conocido por su constante presencia en el poder y sus polémicas declaraciones, Leyva no deja de sorprender con sus escándalos y su ambigua relación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).

Recientemente, en una entrevista con la revista Semana, Leyva dejó boquiabiertos a muchos con sus comentarios sobre la necesidad de una Asamblea Constituyente. «Que nos den una oportunidad, ya gobernaron, que gocen de su jubilación y Santos, no más, ya cumplió, es decir, váyase. Si tiene un premio Nobel, que se vaya a Ucrania, que trabaje con los elders, pero por favor, que nos deje el futuro», declaró con desparpajo.

Estas declaraciones generaron una gran controversia, cuestionando con qué autoridad Leyva se atreve a desestimar a un Nobel de Paz. Resulta paradójico que él, un veterano de la política, pida «una oportunidad» como si fuera un novato pidiendo espacio. La realidad es que pocos personajes en Colombia han tenido tanta continuidad en el poder como él.

Leyva, hijo de un influyente diputado de Cundinamarca, ha estado vinculado al poder desde su nacimiento. Su carrera política comenzó temprano: a los 28 años fue secretario del presidente Misael Pastrana, y desde entonces ha ocupado múltiples cargos, incluyendo concejal, diputado, representante a la cámara, senador, ministro de Minas y recientemente canciller. Su trayectoria está marcada por su participación en casi todos los gobiernos y su involucramiento en las conversaciones de paz con la guerrilla.

Uno de los aspectos más polémicos de Leyva es su relación con las Farc. Desde 1984, cuando fue miembro de la Comisión Nacional de Verificación en el gobierno de Belisario Betancur, Leyva ha sido una figura recurrente en los diálogos de paz. Curiosamente, en el proceso de paz que llevó a la firma del Acuerdo con las Farc, Leyva no participó del lado del gobierno, sino del lado de la guerrilla. Su rol en estos procesos ha sido objeto de sospecha y críticas, dado que muchos de ellos fracasaron.

Además de su controvertido papel en la paz, Leyva ha sido protagonista de varios escándalos. En 1994, su nombre se vio involucrado en un caso de tráfico de plutonio en Alemania. Aunque reconoció haber abierto una cuenta bancaria en Suiza con el detenido, Justiniano Torres Benítez, Leyva no enfrentó consecuencias legales.

En 1997, Leyva fue señalado como el artífice de una fallida movida de Juan Manuel Santos para acordar un cese al fuego con los capos del crimen y las Farc, a cambio de la salida del presidente Ernesto Samper. El propio Carlos Castaño, en su libro «Mi confesión», mencionó reuniones con Leyva.

El tercer gran escándalo llegó en 1998, cuando la fiscalía colombiana lo investigó por enriquecimiento ilícito. Desde una cuenta bancaria de una empresa fachada del cartel de Cali salió un cheque a su nombre por 49 millones de pesos. Ante esto, Leyva pidió asilo en Costa Rica y estuvo fuera del país hasta 2002, cuando fue capturado en Madrid por Interpol, aunque finalmente fue absuelto por la Corte.

Álvaro Leyva Durán, un personaje con una vida política tan extensa como polémica, sigue siendo una figura enigmática y controvertida en la historia de Colombia. Su habilidad para mantenerse en el poder, pese a los escándalos y las críticas, lo convierte en un caso único en el panorama político del país.