El abandono, la plaga que carcome los puentes de la ciudad

Por: Juan Mendoza

En días pasados, el puente Simón Bolívar, una arteria vital para la movilidad entre Barranquilla y Soledad, sufrió un colapso repentino en uno de sus tramos, lo que provocó que varios vehículos cayeran al vacío. Equipos de rescate y emergencia trabajaron incansablemente para atender a los afectados y recuperar los cuerpos de las víctimas. La magnitud de la tragedia ha generado una profunda conmoción en la comunidad, que clama por respuestas y acciones inmediatas para evitar que hechos similares se repitan.

Investigación y evaluación de puentes

En respuesta a la tragedia, el diario LA LIBERTAD llevó a cabo una exhaustiva investigación sobre el estado de los puentes tanto vehiculares como peatonales en la zona. Nuestro equipo investigativo visitó alguno de estos puentes evaluando su condición y mantenimiento. Los resultados de esta investigación son alarmantes y ponen en evidencia la negligencia en el cuidado de estas estructuras.

Puente La María

El puente La María, ubicado en la calle 45 con carrera 54, presenta serios problemas en su estructura. En la parte baja del puente, se observan humedad, filtraciones y varillas expuestas, evidenciando un deterioro significativo. Aunque la parte alta del puente no presenta alteraciones graves, es evidente la falta de mantenimiento, con barandas oxidadas y pavimento agrietado. La situación genera preocupación entre los residentes y transeúntes que lo utilizan diariamente.

Puente La Felicidad

El puente La Felicidad, ubicado en la carrera 46 con la calle 48, es uno de los más recientes en Barranquilla. Sin embargo, ya presenta manchas de humedad y ha tenido antecedentes de deterioro en una de las láminas que funciona como junta. Este deterioro es preocupante, dado que el puente es relativamente nuevo, lo que sugiere problemas en la calidad de la construcción o en el mantenimiento preventivo que debería realizar la Administración distrital.

Puente carrera 38 con calle 68

La situación de este puente, que ha desencadenado una creciente inquietud entre los habitantes delos barrios Recreo y Las Delicias, ha sido documentada en múltiples ocasiones por el Diario LA LIBERTAD, que ha sido testigo de la negligencia por parte de la Administración distrital ante este asunto crítico.
Los reportes de los transeúntes son alarmantes: el pavimento del puente está plagado de profundas grietas y huecos, las barandas se tambalean peligrosamente y la estructura misma muestra signos evidentes de debilitamiento. Sin embargo, el deterioro físico no es el único problema que aflige a esta zona. La parte inferior del puente ha sido convertida en un improvisado vertedero a cielo abierto, exacerbando la insalubridad del entorno y generando preocupaciones adicionales sobre la seguridad de quienes lo atraviesan.
Ismael Figueroa, un residente que ha sido testigo del abandono continuo de esta estructura crucial, no oculta su consternación: «Este puente está en muy malas condiciones. El pavimento está lleno de huecos y las barandas están en mal estado. Creo que hace mucho tiempo no recibe mantenimiento adecuado». Las palabras de Figueroa reflejan el sentir generalizado de la comunidad, que clama por medidas urgentes para remediar esta situación antes de que se produzca una tragedia inevitable.
La inseguridad no se limita al deterioro físico del puente, sino que también se manifiesta en el temor constante de quienes transitan por él. El flujo de tráfico, que incluye desde vehículos ligeros hasta pesados camiones, agrava aún más la situación. Los residentes aseguran que se ven obligados a atravesar el puente con extrema precaución, conscientes de los peligros latentes que enfrentan en cada paso.

Puente peatonal Parque Central

El puente peatonal Parque Central, el cual conecta dicho centro comercial con la Universidad del Atlántico y se encuentra ubicado en la carrera 43 con la calle 50, es uno de los casos más graves. Este puente carece de barandas y su estructura está tan deteriorada que parece estar a punto de colapsar.
Jhon Urdaneta, un comerciante del sector, comentó sobre la situación: «Bueno, ese puente ya la gente no lo utiliza, ya se encuentra en pésimas condiciones. Resulta ser de que los carretilleros le han robado toda la baranda y no puede ser posible que se dejen llevar la baranda del puente porque no hay seguridad en el barrio, los carretilleros pasan de madrugada y se llevan todo. Nunca le han hecho un mantenimiento desde que instalaron ese puente ni un cariño, una mano de pintura, un servicio, nada”.

Tanto las obras públicas como privadas necesitan mantenimiento: ingeniero Néstor Escorcia

El presidente de la junta directiva de la Sociedad de Ingenieros seccional Atlántico, Néstor Escorcia, ha agregado una perspectiva crítica pero fundamentada sobre la importancia del mantenimiento de infraestructuras tanto públicas como privadas. En sus declaraciones, Escorcia destacó que, si bien es posible que no sea necesario realizar mantenimiento en los primeros años de una obra, es crucial programar intervenciones periódicas para garantizar su seguridad y durabilidad a largo plazo.
Escorcia subrayó la necesidad de realizar revisiones regulares para evaluar el estado de las estructuras, señalando que estas inspecciones son esenciales para identificar cualquier deterioro o debilidad antes de que se conviertan en problemas graves. Además, resaltó que estas evaluaciones no solo deben centrarse en la estabilidad física de las infraestructuras, sino también en su capacidad para cumplir con los estándares de seguridad necesarios para proteger a los ciudadanos que las utilizan.