Escándalo en Barranquilla: Confesión revela atrocidades cometidas en caso del profesor Jorge Freytter Romero

Recientemente, el presidente Gustavo Petro expresó su indignación en Twitter sobre el asesinato del profesor Jorge Freytter Romero en Barranquilla, afirmando que bajo su gobierno, tales atrocidades no tienen cabida.

La confesión del ex subcomandante del Gaula de la Policía de Barranquilla, Flaubert Argeni Torres, ha sacudido a la opinión pública. Torres, quien estuvo prófugo durante años, detalló ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) su participación y la de sus subalternos en el secuestro, asesinato y desaparición del cadáver del profesor Freytter Romero en 2001.

Según la revelación de Torres, el crimen fue perpetrado por paramilitares con la colaboración de agentes del Gaula, entre ellos Julio César Pacheco, Germán Saez, Manuel Laborde y Rafael Mariano Silvera. Estos policías, según la confesión, no solo estuvieron involucrados en el secuestro y asesinato del profesor, sino que también avalaron las torturas que llevaron a su muerte por asfixia.

La confesión de Torres también incluyó detalles sobre la desaparición del joven Boris Pizarro Insignares en 2000, revelando la colaboración de agentes del Gaula con paramilitares. Estos actos atroces, según Torres, fueron facilitados por una oscura alianza paramilitar y policial en Barranquilla, que incluyó la complicidad de su superior, el coronel José Leonel Sánchez Montenegro.

Este escándalo ha generado indignación en la sociedad barranquillera y plantea serias interrogantes sobre la integridad de las fuerzas de seguridad en la región. Mientras tanto, varios de los implicados permanecen impunes, lo que resalta la necesidad urgente de justicia para las víctimas y sus familias.

Un medio de comunicacion nacional intentó contactar al coronel Sánchez Montenegro para obtener su respuesta ante estas acusaciones, pero afirmó no tener conocimiento de la información.

Este caso arroja luz sobre las profundas raíces de corrupción y violencia que aún persisten en Barranquilla, desafiando las promesas de cambio. La búsqueda de verdad y justicia continúa en medio de un panorama oscuro y desolador.