Ocurrió el 29 de mayo de 1935. De dos fuentes fue tomada esta nota: El libro Ensayos de Historia Política y Social de Barranquilla (1905-1935) publicado en junio de 1994 y las ediciones del Diario La Prensa en mayo de 1935
Por PepeComenta
La idea de convertir a Barranquilla en Puerto Marítimo fue acariciada desde mediados del siglo XIX, pero fue en 1919 cuando se dieron los primeros pasos ya en serio para conseguir tal fin.
Con un capital de 6 millones de pesos, se creó la Compañía Colombiana de Bocas de Ceniza cuyos miembros, de manera inmediata, procedieron a entrar en diálogos con el Gobierno Nacional, para la ejecución de las obras.

La Compañía estaba integrada por los miembros de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio, Tomás Surí Salcedo, José Fuenmayor Reyes, Manuel Julián Alzamora, Víctor Dugand y Clodomiro Salas y por Ernesto Cortissoz, Gregorio Obregón, Julio E. Gerlein, Alberto Osorio, Andrés Rodríguez, Germán Palacio, Pelegrino Puccini y Alberto Roncallo.
Por instancias de la Junta, el Gobierno suscribió un contrato en 1924 -cuenta la Cámara de Comercio- con la firma estadounidense, Ulen & Co, entidad que por motivos de financiación no pudo cumplir con lo acordado y hacia 1929, los trabajos quedaron paralizados.
Entonces, y por sugerencia de los hermanos Karl y Roberto Parrish. el Gobierno hizo un contrato, ahora con la firma Winston Brothers, que completaron la obra que sería inaugurada por el presidente Alfoso López Pumarejo en 1936.
Desde luego, antes de esa inauguración hubo episodios de singular importancia reseñados por el historiador Jaime Colpas en su libro Ensayos de Historia Política y Social de Barranquilla (1905-1935) publicado en junio de 1994.
Cuenta Colpas que en 1931, las obras dejadas por Ulen y Co. eran solo «un gran montón de chatarra» por lo cual los barranquilleros decidieron emprender un movimiento con grandes movilizaciones desde el 16 de octubre, protesta que alcanzó ribetes dramáticos cuando se conoció la noticia de que las negociaciones del Gobierno con los contratistas estaban a punto de fracasar.
Al final esa exigencia barranquillera triunfó y el 17 de mayo de 1935 el extinto Diario La Prensa, propiedad de los hermanos Carlos y Antonio Martínez Aparicio, entregaba en primera página y a ocho columnas -como se usaba en la época- que «Un Buque-Tanque petrolero entrará por Bocas de Ceniza». El Buque-Tanque «Taralalite» llegará al puerto de la Tropical ubicado caño arriba»- describe Colpas en su publicación.
Según señala el autor, ese diario La Prensa, se convirtió en el gran impulsor de la obra de Bocas de Ceniza.
-En sus ediciones posteriores el extinto diario «La Prensa», recordado por sus continuas defensas en favor de los intereses de la urbe sobretodo durante su época de mayor florecimiento económico, social y cultural, le dedica toda su energía al hecho que iba a acontecer y por ello su director Don Carlos Martínez Aparicio invitó a todas las autoridades de la ciudad a que se sumaran a los festejos y agasajos oficiales del «Taralalite» y le propone además a Don Elías Pellet Buitrago, pionero de la radio, para que transmita y entreviste a los protagonistas de la hazaña que iba a suceder en contados días– manifiesta en su libro el historiador.
El día 29 de mayo, cuando el Taralalite atravesó la peligrosa barra y llegó a Barranquilla, hubo una verdadera fiesta.<
El obispo local, Monseñor Calixto Leyva bendijo el barco,al que saludaron el Gobernador Nicolás Vega y el primer designado de la república, Alberto Pumarejo. Desde el aire, el vapor era escoltado desde el aire por el avión Atlántico, de la Scadta y todas las incidencias transmitidas a través de la radio por Elías Pellet Buitrago.
Toda esta reseña y el recorrido inicial del petrolero Taralalite por el río, aparece en La Prensa, entre el 25 y el 30 de mayo de ese lejano 1935.