El reciente hostigamiento en Robles lleva a la alcaldesa Paola Castillo a implementar medidas restrictivas para garantizar la seguridad en la región.
En respuesta a un nuevo hostigamiento con ráfagas de fusil contra la subestación de Policía del corregimiento de Robles, en la zona rural de Jamundí, la Alcaldía ha decretado un toque de queda y ley seca. Este incidente, ocurrido en las últimas horas, no dejó personas afectadas, según informó la Alcaldía en un comunicado.
«(…) Se presentaron incidentes de hostigamiento en la parte trasera de la subestación policial del corregimiento de Robles, los cuales involucraron ráfagas de fusil. La situación fue controlada eficientemente gracias a la intervención conjunta de las unidades de la subestación de policía y las tropas del Batallón Pichincha, que se encontraban a 1.5 Km de la subestación. Cabe destacar que no se reportaron heridos durante el suceso», cita la misiva.
Este no es el primer ataque que sufre esta subestación. En abril, fue blanco de un ataque con granadas. Ante esta situación, el Ejército ha intensificado sus operativos en la zona para asegurar la tranquilidad de los habitantes. «El ejército y la Policía se encuentra en el corregimiento de robles ejerciendo control. Se continuará monitoreando la zona para garantizar la seguridad y tranquilidad de la comunidad», indicó el Ejército.
La alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo, ha decretado un toque de queda y ley seca que regirá desde el sábado 25 de mayo hasta el martes 28 de mayo. «Se prohíbe la circulación de las personas en vía pública desde las 11:00 p.m. hasta las 5:00 a.m. cada día. Se prohíbe la venta y consumo de bebidas alcohólicas desde las 10:00 p.m. hasta las 10:00 a.m. cada día”, anunció la mandataria.
Estas medidas se implementaron tras los recientes ataques y atentados contra la Fuerza Pública y la ciudadanía en el casco urbano y la zona rural de Jamundí. La alcaldesa enfatizó que estas acciones buscan proteger a la comunidad y restablecer el orden en la región.