Separación de bienes y cuerpos entre funcionarios municipales desencadena maniobras para destituir a Aída Ojeda Vega.
En Soledad, Atlántico, se han puesto en marcha movimientos estratégicos para remover a la secretaria de educación, Aída Ojeda Vega, desencadenando un complejo entramado ligado a separaciones matrimoniales y supuestas malversaciones de recursos.
La situación se torna más compleja al conocerse que la separación entre Sergio Barraza Mora y Eduardo Pulgar Daza, conlleva a una serie de maniobras destinadas no solo a disolver la unión matrimonial, sino también a propiciar la salida de la mencionada secretaria, aparentemente bajo la influencia de Alcira Sandoval Ibáñez, subalterna de confianza de Pulgar Daza.
El trasfondo de esta trama incluye la asignación de cupos educativos a instituciones no operativas pero contratadas a través del banco de oferentes, lo que implica una apropiación indebida de recursos del Sistema General de Participaciones. Se señala a entidades políticas y exfuncionarios como responsables de estas prácticas, equiparables a un «cartel» que lucra con la educación en Soledad.
Los implicados, entre dirigentes políticos, exalcaldes y fuerzas oscuras, presionan para el cumplimiento de cuotas de pago, evidenciando una red compleja que se aprovecha del sistema educativo para obtener beneficios económicos.
Estas revelaciones ponen en entredicho la integridad del sistema educativo en Soledad y plantean la necesidad de una investigación exhaustiva para esclarecer estas prácticas y garantizar la transparencia en la gestión pública.
La separación de Sergio Barraza y Eduardo Pulgar podría deberse a motivos de discrepancias políticas, lo que desencadenaría conflictos por el poder.
La investigación sobre la corrupción en la contratación de cupos educativos a través del Banco de Oferente pone en el centro de atención a Aida Ojeda Vega, siendo su salida de la secretaría de educación el objetivo principal para Eduardo Pulgar, junto con otros funcionarios, como el secretario de cultura y los representantes de los concejales que se opusieron a la modificación de la Ley 550. Esta estrategia busca aumentar las deudas del municipio sin un plazo definido para pagar a proveedores y contratistas, así como otras contingencias.
Desde otra perspectiva, la inclusión de deudas en la Ley 550 podría convertirse en un lucrativo negocio para Eduardo Pulgar Daza, colocando en desventaja a contratistas y proveedores, quienes estarían obligados a aceptar sus condiciones para evitar ser incluidos en dicha ley y recibir los pagos acordados.
La separación de Sergio Barraza disminuirá sus responsabilidades financieras y burocráticas como diputado. Esto lo obliga a fortalecer su posición política, enfrentándose a sus aliados, como los concejales que respaldaron su candidatura a la Asamblea del Atlántico.
Aunque Barraza cuenta con el apoyo de seis concejales financiados por él, no es suficiente para contrarrestar la influencia de Eduardo Pulgar en el concejo de Soledad, donde este último tiene 11 votos a favor, incluyendo el de Joao Herrera Iranzo, quien históricamente ha sido adversario de Barraza.
La falta de cargas burocráticas en la administración de Alcira Sandoval Ibáñez no satisface a la mayoría de los concejales, que apoyan las acciones de Pulgar y su aliada, Alcira Sandoval. Pulgar deberá negociar con cuatro concejales disconformes y ofrecerles cargos y contratos en Malambo para formar una mayoría opositora en el concejo de Soledad.
Los efectos políticos del «Huracán Pulgar» serán significativos en la ciudad, especialmente porque la secretaría de educación, bajo su control desde la gestión anterior, es una importante fuente de financiación para sus proyectos. La salida de Aida Ojeda crearía problemas fiscales importantes.
Eduardo Pulgar sabe que el municipio está en crisis y su objetivo político principal es obtener suficiente respaldo para ser candidato al Senado o a la Cámara en las próximas elecciones al Congreso. Para lograrlo, está dispuesto a tomar el control total del municipio, incluso desplazando a Alcira Sandoval de su posición.
En última instancia, Pulgar busca consolidar su poder y presionar a Alcira Sandoval para que se someta a su autoridad. Si no lo hace, es probable que se vea obligada a renunciar.
