Las obras del dique en la región de La Mojana, que recientemente fueron entregadas por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD), han vuelto a presentar fallas, causando estragos en miles de familias de la zona.
La Mojana, una subregión que abarca los departamentos de Antioquia, Córdoba, Bolívar y Sucre, compuesta por 11 municipios, se ve nuevamente afectada por estas fallas, apenas tres meses después de la finalización de las obras.
A finales de febrero de este año, al menos 254 mil familias habían retornado a sus hogares tras 30 meses de haberlos abandonado debido a las inundaciones provocadas por el colapso del jarillón de Caregato.
La inversión realizada en estas obras ascendió a $129.187.605.884, con $3.951.276.000 adicionales destinados a la interventoría. La culminación de estas obras fue presentada por el gobierno como una solución esperanzadora para la región. Según declaraciones del entonces director de la UNGRD, Olmedo López, hoy bajo investigación, estas obras ofrecían «esperanza y progreso» a La Mojana, permitiéndole recuperarse y avanzar hacia un futuro próspero en la producción agrícola.
El 8 de mayo pasado, menos de tres meses después de su finalización, el dique volvió a colapsar, provocando el desbordamiento del Río Cauca y afectando a los habitantes de La Mojana.
Ante esta situación, los municipios afectados han activado sus unidades de atención de desastres para ayudar a los damnificados. Sin embargo, el actual director de la UNGRD, Carlos Carrillo, ha declarado que la institución no puede intervenir en las obras de cierre del boquete, responsabilidad que recae en el contratista.
El presidente Gustavo Petro ha solicitado a la Contraloría investigar el contrato, señalando que la responsabilidad no recae únicamente en el exdirector Olmedo López, sino también en exfuncionarios que tuvieron participación desde hace seis años.
Ante la tragedia que vive la región, Petro ha propuesto dejar que los flujos naturales del agua se restablezcan. «Desde el inicio del gobierno se advirtió a autoridades locales y a la población campesina que ‘Caregato’ no era un problema que se arreglara tapando un boquete con un jugoso contrato, sino que había que liberar el agua y restablecer sus flujos naturales cortados por terratenientes», comentó en sus redes sociales.