Los habitantes de la subregión Mojana escuchan años tras años millonarias inversiones para hacerle frente a las inmensas inundaciones a causa del crecimiento del río Cauca. Esto ha dejado miles de damnificados y pérdidas de cultivos de arroz, patilla y de pancoger.
Así como la destrucción de su fauna y flora, que ni la misma inversión ha podido recuperarla, pues, al contrario, la situación se agudiza más cada año.
Pero de lo que, sí están seguro sus pobladores, en su mayoría campesinos, pequeños agricultores, pescadores y ganaderos, es que tales millonadas invertidas no se ven porque en cada invierno el río Cauca llega con los mismos estragos y destruye la calidad de vida de los pobladores.
Lo peor dicen que desconocen cualquier trámite contractual sobre la Mojana, por lo tanto, no ejercen la veeduría ciudadana. En fin, ese «mostró», como le llaman los mojaneros al río Cauca, rompe por todas partes, lo que insta a las autoridades gestionar recursos para tapar esas bocas.
Pero lo complicado de esas inversiones, en su mayoría del Estado, es que los trabajos corren junto con la corriente del Cauca y con estas los millones y millones de pesos. Todo lo sepultan las aguas.
En tal sentido, para los mojaneros tales inversiones o no son las adecuadas para resolver la situación, o se ejecutan mal o se roban la plata. De ahí el desastre todos los años y la calidad de vida que no les mejora.
Con todo esto, los mojaneros ponen de ejemplo la inversión desbordante que lleva, desde que colapsó, el chorro de Cara de Gato y no se ha podido cerrar como se debe.
Pero es que muchos mojaneros han denunciado que los trabajos en ese punto no han avanzado por el ritmo lento de trabajo que trae el contratista y que, además, este dice que ya no cuenta con músculos financiero y de ahí el problema.
No obstante, hay otros que aseguran que la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y Desastre (UNGDR) está viciada de corrupción y que ese contrato de Cara de Gato se convirtió en la vaca lechera de los gobernantes y por eso no avanzan los trabajos.
Esto fue confirmado en la Mesa Defensorial realizada en Sincelejo, en la que se abordó el tema de la Mojana.
Ahí autoridades locales, líderes y lideresas de las comunidades afectadas, desmintieron al Gobierno nacional sobre los avances de obras para superar y mitigar las inundaciones de la Mojana y el San Jorge.
Denuncian
Así se lo informó a El Meridiano, Adid Meléndez, abogado y defensor de derechos humanos y de medio ambiente en el Caribe.
«En la Mesa Defensorial se ha demostrado que en los taponamientos se han robado billones de pesos. Las autoridades y las comunidades informaron que las obras están inconclusas, que hay once contratos suspendidos por temas jurídicos, se cambiaron los diseños y no se hicieron obras complementarias», expresó Meléndez, quien se ofreció para obtener una reunión con la Embajada de Holanda para que en los meses de julio o agosto se sienten con el relator de derechos humanos «porque aquí hay cosas graves que se han denunciado».
Siguió denunciando Meléndez que tampoco impermeabilizaron los diques de protección y las obras no se hicieron en los tiempos acordados.
El director de la Ungrd, Carlos Carrillo, ha dicho en diversas ocasiones que la situación de la Mojana es delicada.
«El ingeniero hidráulico del proyecto, de la UNGRD, expresó que las obras no tenían la capacidad para resistir 3 mil 800 metros cúbicos por segundo de agua y que la capacidad de las obras eran inferiores. También que se cambiaron los diseños en Cara de Gato», manifestó.
Lo más absurdo, es que disminuyeron la intensidad del plan de obras del dique en Cara de Gato y que a la comunidad nunca se le socializó sobre el diseño, es decir, de las obras que iba a ejecutar, por lo tanto, se les violó el derecho que tienen las comunidades de participar.
Para Meléndez, lo que realmente se hizo en Cara de Gato fue «robarse la plata. Se apropiaron de esos recursos, pues se sabía que no iba a resistir el caudal y la velocidad del agua. Además, no se adoptaron las medidas ni hubo plan de contigencia y por eso pasó lo que pasó. Se perdieron los 125 mil millones de pesos y 250 mil familias abandonadas», sostuvo Meléndez.
Meléndez cerró su intervención diciendo que todo esto se debe a las improvisaciones que ha venido haciendo el Gobierno del cambio en su política ambiental y que ha sido un gobierno más de la corrupción. «Hoy el contrato de Cara de Gato es un desastre más grande que el mismo desastre natural», sostuvo el defensor de derechos humanos.
Pidió que el video de la Mesa Defensorial, liderada por Carlos Camargo Assis, sea entregado a la Procuraduría General de la Nación para que inicie una acción preventiva, al igual que al Tribunal de Cundinamarca y a la Fiscalía General de la Nación.
La procuradora Ambiental en Sucre, Gloria Flórez, dijo en esa Mesa Defensorial que de acuerdo con un reporte que ella recibió en la zona el 23 de abril cuando la visitó, la obra en Cara de Gato tenía dos meses de estar parada. «Nosotros solicitamos entonces la información a Gestión del Riesgo y este es el momento que todavía no nos ha llegado la información, pero pudimos constatar eso. No estamos presumiendo la mala fe, pero sí podemos decir que nosotros vimos que la obra no lleva un 90 %», aseguró.
Entre tanto, funcionarios de la Defensoría del Pueblo denunciaron en esa misma reunión, que se reunieron con la comunidad y estos dijeron que el Banco Agrario del gobierno del cambio embarga a campesinos damnificados de la Mojana. Por lo que dicen «O nos acaba Cara de Gato o nos acaba el banco».
Mientras los entes de control toman cartas con todo lo denunciado, sobre las obras en Cara de Gato, los miembros de la mesa «Pacto por la Mojana» le solicitan al Gobierno nacional, a través de un video, intervenir a la Mojana de forma estructural, pues están cansados de vivir de emergencia en emergencia.
«Esta nueva emergencia crea una calamidad y un genocidio que se encarniza con la gente pobre y más humilde de este país: los campesinos. El caudal debe desembocar en el río Magdalena no en la Mojana», expresaron.