¡LA CULTURA, SIN APOYO EN BARRANQUILLA!

Expresiones culturales en San Pelayo, Córdoba // Foto: captura de pantalla.

JAIME VELEZ GUERRERO

La cultura de la ciudad está siendo destruida por manos de los dirigentes que  hacen caso omiso a los gritos desesperado de los ciudadanos, quienes guardan las esperanzas de un nuevo día florecido donde amemos nuestra historia, el presente y futuro de todo el contexto humano.

Es verídico que las diferentes administraciones políticas que han gobernado la urbe no invirtieron en la cultura ni mucho menos ejecutaron  estrategias con el fin de apoyar a este importante sector, que al parecer no le reconocen la significación que tiene en el ámbito local, nacional e internacional, pues aquí conservamos un inmenso patrimonio histórico y cultural.

A pesar de la desidia institucional existen dos brújulas periodísticas que nos orientan hacia la erudición. Algunos ejemplos concretos son los del profesor de historia José Stevenson Díaz, quien lleva a la praxis su conocimiento en los recorridos culturales urbanos, y el de Zamara Arias Rodríguez con su portal digital Naranja CultuArt, programa que difunde el saber de la comunidad. Estas personas prácticamente son la resiliencia en medio de la hambruna instructiva.

Barranquilla debería ser ejemplo en materia cultural con los demás municipios del área metropolitana, pero para esto tendrá que plantear un enfoque decisivo hacia el desarrollo regional. Por ninguna manera no podemos pasar por alto las creaciones de museos que tengan que ver con nuestro patrimonio tangible e inmaterial, así no se podrá olvidar la raza negra, indígena, la radio, el deporte, lo arquitectónico, acuario de los peces de la zona, el camino digital. De hecho, si todo se hace con ahínco, germinará una economía turística fuerte.

En la ciudad debe haber un control nacional férreo por parte de instituciones que velan por el patrimonio en el país, pues se han edificado “monumentos” sin memoria en la sociedad, la cual es contraproducente; son entre otros los casos de la denominada ‘Ventana al mundo’ y la ‘Aleta de Tiburón’, que se divisan como un despropósito consumado o simples esperpentos. Si se quieren equipararse con los que se encuentran en las glorietas o rotondas de Madrid, España, se equivocaron puesto que aquí estas construcciones nada tienen que ver con el aspecto histórico y artístico de la urbe.

Es hora de que la cultura en Barranquilla sea reconocida como un sector valioso, además que la misma tengan un vigoroso presupuesto local y nacional, pero para esto es menester constituir y cumplir a cabalidad dicho plan estratégico; de lo contrario el desarrollo será ineficaz. A su vez, jugaría un rol preponderante la interconexión permanente con los colegios, centro de formación y universidades pues con este proceder el programa llegaría más a los jóvenes, que por antonomasia son el futuro de la sociedad.

Obviamente, para potenciar una relación cultural en el Distrito de Barranquilla, es imprescindible que el Ejecutivo nacional haga parte de esta actividad, con la cooperación internacional, así pues, las ventajas y beneficios serán inmensa para la comunidad. Del mismo modo la rendición de cuentas deberían ser frente a las veedurías, y la supervisión férrea por las instituciones estatales. Naturalmente seria beneficiosa, ya que se evitaría que los dineros destinados para fines formativos se desvíen a los bolsillos de personas inescrupulosas. Cabe señalar que, dentro de la estrategia, se debe tener en cuenta lo que detalla las disposiciones en vigor sobre la gratuidad que tiene el adulto mayor en cuestiones culturales.