
Inundaciones devastan La Mojana y dejan a comunidades sin respuesta de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
En medio de la desolación y la incertidumbre, las comunidades afectadas por las inundaciones en Caregato, específicamente en La Mojana, alzan su voz ante la ausencia de ayuda por parte de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres. A pesar de las llamadas de emergencia, la entidad no ha dado respuesta a los reclamos de intervención inmediata en la zona golpeada por el desbordamiento del boquete de Caregato, una situación que ha llevado al borde del colapso a las poblaciones cercanas a la desembocadura del río Cauca.
La falta de intervención estatal ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de estas comunidades, sumergidas en una crisis humanitaria sin precedentes. «No hemos recibido ayuda humanitaria, ni siquiera la visita de delegados para evaluar los estragos que han dejado las inundaciones», expresó con preocupación Oimer Bernal, presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento de Sincelejito.
La situación se agrava con el paso de los días. Las hectáreas de cultivo de arroz y yuca, principales fuentes de sustento de estas poblaciones, han sido devastadas por las aguas desbordadas del río Cauca. La comunidad, desesperada, hace un llamado urgente a las autoridades competentes y solicita la intervención directa del presidente de la República, Gustavo Petro, para garantizar la entrega de ayuda a los damnificados.
Los estragos no se limitan al sector agrícola. Los ganaderos locales también han sufrido pérdidas significativas, con la entrada del agua a La Mojana arrasando con sus activos. «Estamos enfrentando una catástrofe sin precedentes, y la ausencia de respuesta por parte de las autoridades nos deja en una situación de desamparo total», denunció un miembro de la comunidad.
A pesar de los esfuerzos por parte de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres por calmar las críticas, la falta de coordinación y acción efectiva ha generado una creciente frustración entre los afectados. Mientras el director de la entidad, Carlos Carrillo, asegura asumir personalmente la dirección del proyecto y la atención a las comunidades, la comunidad reclama acciones concretas y resultados tangibles.
La urgencia se hace palpable en cada rincón de Caregato. La necesidad de ayuda alimentaria y refugios temporales es imperiosa, con muchas familias improvisando viviendas precarias en zonas elevadas para evitar la inundación. Ante la falta de respuesta del subdirector encargado de la emergencia, Rafael Cruz, la comunidad clama por atención inmediata y soluciones reales a una crisis que amenaza con profundizarse si no se toman medidas urgentes









