La abogada y periodista argentina de 60 años desafía los estereotipos tradicionales al ganar el título de Miss Buenos Aires y competir por Miss Argentina.
El mundo de los concursos de belleza ha sido testigo de una transformación notable en su dinámica, especialmente con la elección de mujeres que desafían los estereotipos convencionales.
En este contexto, Alejandra Marisa Rodríguez, una abogada y periodista argentina de 60 años, ha emergido como un símbolo de empoderamiento al ser coronada recientemente como Miss Buenos Aires, un título que la llevará a competir por el codiciado título de Miss Argentina.
En una entrevista radial, Rodríguez resaltó cómo esta elección representa un cambio fundamental en los criterios de inclusión de concursos como Miss Universo, donde ahora no existen límites de edad, peso o talla.
«Este es el primer certamen absolutamente inclusivo, sin restricciones de edad, talla o peso. Esa apertura me permitió presentarme con la edad que tengo. Aunque al principio tuve mis dudas, finalmente tomé la decisión y me ha ido muy bien. Ahora estoy enfocada en prepararme para el certamen de Miss Universo Argentina el 25 de mayo», afirmó.
Aunque participar en un concurso de belleza no fue un sueño juvenil para Rodríguez, ella reconoce que esta oportunidad se presentó este año y decidió abrazar el desafío.
Admitió que su participación ha generado tanto comentarios de apoyo como críticas en las redes sociales. Sin embargo, valora el impacto inspirador que puede tener en otras personas, especialmente en mujeres que se sienten restringidas por la edad o los estándares de belleza.
«A pesar de algunas críticas, el 90% de los comentarios fueron alentadores, lo que me motivó. No tengo familia ni hijos, así que no tuve que descuidar responsabilidades familiares para seguir este camino. Me organizo por mi cuenta», agregó.
Actualmente, Alejandra compagina su trabajo como asesora legal en un hospital con su nueva faceta como representante de la belleza argentina.
«Muchas personas se han acercado a mí, inspiradas por mi historia. También hay jóvenes que se sienten motivados a seguir sus propios deseos, más allá de los estereotipos o las expectativas sociales», concluyó.
