En medio de la exuberante biodiversidad del Caribe colombiano, la Universidad del Magdalena ha plantado las semillas de un proyecto pionero: el ‘Arboretum Unimagdalena’. Bajo la dirección del Dr. Pablo Vera Salazar, rector de la institución, este museo vivo de árboles emerge como un monumento vivo a la conservación y el conocimiento.
Con 690 árboles de 46 especies distintas, el Arboretum no solo es un oasis verde en el campus universitario, sino un santuario para la flora autóctona de la región. Desde imponentes ‘Orejeros’ hasta esquivos ‘Macurutús’, cada árbol cuenta una historia que espera ser contada.

«Al dar vida a un árbol, damos vida a nosotros mismos y a nuestro entorno natural», afirmó el Dr. Vera Salazar, subrayando la importancia de este proyecto en la misión de la Alma Mater.
La segunda fase del proyecto promete aún más, con la creación de un banco genético que preservará variedades de frutas en peligro de extinción, y la integración del Arboretum con otros ecosistemas de Santa Marta y el Magdalena.
Además, se planea lanzar el primer programa académico de Etnobiología en el país, fusionando conocimientos ancestrales con la ciencia moderna para comprender mejor nuestra relación con la naturaleza.
Estudiantes, académicos y profesionales ambientales han recibido con entusiasmo el Arboretum Unimagdalena como un espacio de aprendizaje y un laboratorio natural para la investigación en conservación.
«Es la conexión que faltaba para preservar nuestra flora regional», comentó Elkin Hernández Rolón, profesional del Parque Nacional Natural Tayrona.
Los visitantes pueden sumergirse en este bosque de conocimiento escaneando códigos QR ubicados en letreros de madera, que revelan detalles sobre cada especie, desde su nombre científico hasta su papel en el ecosistema.
«Los árboles son el pulmón de nuestro planeta, necesitamos protegerlos y aprender de ellos», enfatizó el biólogo magíster Willinton Barranco Pérez, investigador principal del Arboretum Unimagdalena.