Por Norman Alarcón Rodas
Se habla de que Colombia es un país de regiones, una de las cuales es de las más notorias en idiosincrasia, cultura, recursos naturales, carnavales, gastronomía, visitantes, nada menos que la región Caribe. Con grandes aportes a las luchas por la independencia nacional, como la heroica resistencia de Cartagena, Mompox, la victoria final contra la colonia española dirigida por el almirante Padilla. Todo eso y mucho más.
Esta es una de las regiones que tuvo importantes avances en la estructuración del sector eléctrico desde los años setenta del siglo pasado, con la creación de la Corporación Eléctrica de la Costa (CORELCA), una empresa industrial y comercial del Estado con todos los eslabones de la cadena eléctrica como generación, transmisión. distribución y comercialización. Durante más de treinta años realizó la modernización eléctrica de la región financiada con una sobretasa pagada por todos los usuarios de los siete departamentos del Norte del país; hasta que llegó el famoso Bienvenidos al Futuro gaviriano y ¡Ahí fue Troya!
La liquidación de Corelca ha sido uno de los golpes más duros contra los costeños, pero vendrían otros más. La trasnacional Unión Fenosa llegó en el año 2.000 tomándose las electrificadoras Electricaribe y Electrocosta para descremar el mercado, empezando por desmantelar miles de redes de cobre de toda la región para llevárselas para Europa haciendo una inmensa fortuna y reemplazándolas por redes de aluminio de mala calidad, fuente de la mala calidad del servicio actual. El desastre de Electricaribe culminó con la intervención por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos en noviembre de 2026, la cual finalizó en el año 2020 para darle entrada a las actuales empresas AIR-E y AFINIA-EPM.
La seguidilla de golpes contra la región continuaría como una pesadilla sin fin. El gobierno Duque haría aprobar su Plan Nacional de Desarrollo por sus mayorías parlamentarias, en el cual sobresalió el artículo 318 de la Ley 1955 de 2019 que les dio dos gabelas a las susodichas empresas cargadas de veneno contra los usuarios: el cobro exacerbado de los hurtos de energía y fraudes como pérdidas eléctricas reconocidas y las inversiones futuras en forma anticipada en la tarifa. El Gobierno actual ratificó el esperpento en su Plan Nacional de Desarrollo y lo dejó vigente, pero, además, le agregó a través de la CREG el cobro del saldo de opciones tarifarias desde la pandemia, que son lastres que surgieron en el año 2008 en el gobierno de Uribe Vélez y que son la prueba reina de que las tarifas de los servicios públicos en Colombia son impagables. Por eso se paga en la Costa la tarifa eléctrica más alta de Colombia, $1.211 el kilovatio hora frente a $870 en las principales ciudades del país.
Pero los lapos no paran. La actual CREG, todavía con muchos comisionados interinos, aprobó la Resolución sancionatoria 101 042 del 20 de abril de 2024, según la cual de aumentar el consumo los estratos 1,2 y 3 tendrían incrementos del 30% en la tarifa, los estratos 4, 5 y 6, el 50% y la industria y el comercio el 100%, lo cual sería al revés si bajan los consumos, lo que es casi que imposible por razones climáticas y la pérdida de fuerza de los vientos alisios, que traerá climas más candentes y mayores consumos de energía.
Como si faltara algo, la normatividad tarifaria actual es tan perversa que cuando los precios de la energía eléctrica en bolsa, que es la que se negocia a diario en el mercado energético,
se incrementan demasiado y/o se disminuyen a precios muy bajos, el resultado es que se incrementa el precio final para los usuarios.
Todo lo anterior ha dado como resultado un panorama asaz complicado en la región Caribe, que, según el arzobispo de Barranquilla, monseñor Rubén Salas, si las tarifas eléctricas impagables no son rebajadas en forma significativa, se podría llegar a un estallido social, porque o se come o se pagan las tarifas. La ciudadanía costeña salió a marchar el pasado 11 de abril en los siete departamentos de la Costa, como nunca lo había hecho con este telón de fondo, ya que se movilizaron unos diez mil usuarios con una consigna que unifica toda la región: ¡Por tarifas eléctricas justas y pagables!
¿Cuándo terminará el ensañamiento contra la Costa Caribe? Norman Alarcón Rodas
Barranquilla, 2 de mayo de 2024