Mayo 2 1909 fallece Amador Guerrero, primer presidente de Panamá

Palabras del escritor colombiano José María Vargas Vila sobre la Separación de Panamá de Colombia: Panamá, no dio un hombre capaz de libertarlo; Colombia, sí, dio de sí, bastantes hombres capaces de traicionarla.

Colombiano, nacido en Turbaco, Bolívar  miembro destacado del Partido Conservador y con estrechas relaciones con los Estados Unidos por intereses comerciales, desempeñó un papel clave para la independencia panameña en 1903.

Nacido en Turbaco el 30 de junio de 1883 y fallecido el 2 de mayo de 1909 en Panamá, Manuel Amador Guerrero -colombiano y primer presidente de la República de Panamá- se graduó como médico en la Universidad del Magdalena y del Istmo -hoy Universidad de Cartagena-  en 1855 y tras ejercer por algunos meses su  profesión, decidió  marcharse hacia el Istmo ese mismo año, atraído por la construcción del ferrocarril de Colón. 

Fue uno de los gestores de la independencia de ese país siendo elegido mandatario por la Convención Nacional Constituyente en 1904. Miembro destacado del Partido Conservador y con estrechas relaciones con los Estados Unidos por intereses comerciales, desempeñó un papel clave para la independencia panameña en 1903 y eso le valió ser elegido como primer presidente de ese país tras su separación de Colombia. 

-Su militancia conservadora, sus vínculos familiares y su relación estrecha con los intereses norteamericanos pueden explicar por qué desempeñó un papel clave en el crucial momento en que el gobierno de Teodoro Roosevelt decidió apoderarse de Panamá para construir el Canal, luego de que el Congreso de Colombia rechazara, el 12 de agosto de 1903, el Tratado Herrán-Hay– señala  https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-164/manuel-amador-guerrero-primer-presidente-de-pana, el portal histórico del Banco de la República.

Esa separación de Panamá, es una historia en la cual hay traiciones, amenazas de guerra, sobornos y demás, ya no estremece tanto a los colombianos y que sólo es recordada por algunos escritores contemporáneos. 

Pero la verdad es que aquel hombre de 70 años no tenía facha de revolucionario. Cuando observamos su retrato y vemos surgir de entre el cuello de pajarita, el rostro marchito, al que los bigotes caídos dan un aire de desgano, de timidez y aún de tristeza, no podemos imaginarlo sino como un abuelo bondadoso, que divierte a sus nietos con el dije de leontina, o como un verdadero médico de familia que aún visita y le mira la lengua a sus pacientes; ni podemos reprimir, en fin, un cierto sentimiento de lástima por aquel anciano a quien misteriosas razones del corazón, que la razón no entiende, lanzaron al torbellino de una aventura contra su propia patria, una aventura en la que había fusiles, y buques de guerra, e intrigas palaciegas y conspiraciones en lujosos hoteles– escribió el historiador cartagenero, Eduardo Lemaitre en los años 50.

Pero antes, el odio hacia Amador Guerrero era notorio. Se le consideraba «un villano y un traidor a su nación colombiana» en tanto que el escritor bogotano le endilgaba calificativos aún peores y se burlaba de él y de sus actuaciones.  

Hasta de los estudios profesionales de Manuel Amador Guerrero, hizo befa Vargas Vila. Decía que el turbaqueño no era médico sino boticario y que su único mérito estaba en preparar brebajes o pócimas sanadoras.

-En Panamá le llamaban el Doctor Agüitas- decía el escritor bogotano

En su libro Los Césares de la Decadencia, publicado en 1907, Vargas Vila se refiere así a Manuel Amador Guerrero.

MANUEL AMADOR GUERRERO, es colombiano, como Huertas, comoa Espriella, como todos los libertadores del Istmo; Panamá, no dio un hombre capaz de libertarla; Colombia, sí, dio de sí, bastantes hombres capaces de traicionarla… Amador Guerrero, es un mulato viejo, de la peor especie: de aquellos que quieren pasar por blancos; un negro catedrático como dicen en Cuba; renegó de su raza, antes de renegar de su patria;
desertó de su profesión, antes de desertar de su país, porque de farmacéutico, que era, se hizo político; había vendido ungüentos, antes de vender cocos;
no tiene espada, sino espátula…
y, de las cosas soberanamente ridículas de la República Istmeña, la espátula de Amador, se lleva la primacía, sobre la espada de Huertas;
y, sin embargo, no habiendo lidiado nunca batallas, sino contra las chinches, con polvos insecticidas, es el único guerrero auténtico del grupo libertador:
este pólipo, sudoroso de ignominia, es deliciosamente bufo;
su vida es un menjurje;
antes de libertar negros, libertaba almas, mandándolas para la Eternidad con una sola receta;
su primer Roosevelt, fue un sepulturero;
ha enterrado más negros, que los que ha vendido;
antes de dotar al mundo con una República Libre, que hacía tanta falta, ya había llenado los cementerios, de hombres libres, que no hacían ninguna;
antes de su Traición, toda su gloria, era una Invención… un específico contra la Tenia;
antes de aplicárselo a Colombia, no le había hecho efecto a nadie;
a Colombia le bastó una sola poción, y, arrojó, no sé cuántos kilómetros de solitaria…
Amador Guerrero, hizo de esa solitaria, una República, y, se la engulló…
no sería la primera…
tan violentos eran los efectos del Específico de Amador, que en Panamá, lo llamaban el Doctor Agüitas
y, nadie lo conocía por otro nombre…
cualquier panameño, le va hoy a decir: Doctor Agüitas, sin que cuando menos le quitara la nacionalidad, como a Belisario Porras;
porque ese boticario furioso, que no tiene nacionalidad, se la quita a cualquiera: hasta a los panameños…
porque los panameños, tienen una nacionalidad; como los portorriqueños;
pero, los portorriqueños, no tienen un guerrero, como Amador…
y, no tener un Doctor Agüitas, es condenarse a tener eternamente una solitaria entre el cuerpo… aunque sea el Protectorado;
y los panameños tenían una Tenia adentro, y, se llamó. Amador Guerrero; pero no pudieron expulsarla, ni con su propio específico…
el Doctor Agüitas, hecho Jefe de República, resultó delicioso…
mézclense polvos de Soulouque, con esencias de Lili y se tendrá al Doctor Agüitas, en su ínsula Bara… tísima…
un específico para hacer reír;
hombres de una melancolía incurable, que no lian reído del Congreso Pan-Americano, ni de las fiestas de Minerva en Guatemala, y, se han mantenido serios ante un discurso de Mr. Root, rompieron a reir, inmediatamente que el Doctor Agüitas, se les presentó, como Jefe de su República, pour rire
este hombre era, como una cosquilla en los pies…
era irresistible;
forzaba la risa, como otros fuerzan la Admiración;
su elevación, no sorprendió;
la horca, era el único género de elevación, para el cual había nacido;
no alcanzó a llegar a ella, y, se quedó en la Presidencia de Panamá;
eso, era, más bajo que un patíbulo; pero, era siempre más alto que el mostrador de una farmacia;
en cualquiera parte del mundo, a los traidores se les corta la cabeza; en Colombia, se les corona.. . y, si no pueden reinar en Bogotá, se les manda a Panamá…
legándole a Amador Guerrero, Colombia, se vengó de Panamá…
ese hombre es una Expiación…
Panamá, la sufrió…
se escapa al remordimiento, pero no al castigo..
dura lex

Al margen de lo señalado por Vargas Vila y Lemaitre, quizá la mejor definición del suceso, la entregó en el 2003 el rector de la Universidad Externado de Colombia y exministro de Justicia y de Educación, Fernando Hinestrosa:

A Panamá no nos la quitaron, la perdió el abandono de Colombia, el centralismo absolutista de la Regeneración.

Y podría ser dado que con el Istmo ocurría lo que sucede hoy con el país en relación con el Chocó, zona fronteriza con Panamá:

-El Chocó es una carga para el país- dijo en una oportunidad el exministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.

[Fuente: pepecomenta.com]