El reciente cierre de la planta de General Motors en Colombia ha causado preocupación e incertidumbre en el sector automotriz. Este hecho, más allá de sus causas específicas, ilustra el crítico panorama que enfrentan los concesionarios y su negocio en general, debido a la baja en las ventas que han presentado la gran mayoría de las marcas en los últimos años.
La situación, cuyo detonante fue el cierre de la planta de la fabricante norteamericana, ha despertado críticas de varios líderes del gremio, quienes atribuyen este fenómeno a las políticas gubernamentales de los últimos años.
Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), expresó que esta mala noticia debería motivar la búsqueda y corrección de las causas que impiden la inversión nacional y extranjera. “Esta es, indiscutiblemente, una muy mala noticia para el país. Impone la necesidad de identificar y corregir las causas que la generaron, y tomarnos en serio la conversación de entender qué es lo que debe hacer Colombia para ofrecer condiciones para la inversión nacional e internacional”, dijo el presidente.
El cierre de esta planta no solo refleja la situación del país, sino que también profundiza los problemas de muchos concesionarios como Chevrolet, que, según cifras de la Andi y Fenalco, en lo corrido de 2024 registra una disminución en sus ventas del 27 por ciento con respecto al año anterior. Con cifras similares se encuentra la marca francesa Renault, que, aunque es una de las favoritas en Colombia, ha afrontado una baja en sus ventas del 34,7 por ciento con respecto al 2023.
Este escenario pone de manifiesto la necesidad de revisar las políticas actuales y buscar soluciones que permitan revitalizar el sector automotriz en Colombia.